Aunque disponemos de «veranar», «otoñar» e «invernar» en español, parece que «primaverar» se nos escapa. ¿Cuál es la razón de su ausencia en los principales diccionarios? ¿No pasamos la primavera en un lugar como en el resto de estaciones? ¿levitamos en primavera o nos la saltamos?
Definiciones del Diccionario de la lengua española y del Diccionario de uso del español de María Moliner. Comentarios
veranar
1. intr. Pasar el verano en alguna parte.
veranear
1. intr. Pasar las vacaciones de verano en lugar distinto de aquel en que habitualmente se reside.
otoñar
Del lat. autumnāre ‘hacer tiempo de otoño’.
1. intr. Dicho de una persona: Pasar el otoño.
[…]
invernar
De invierno.
Conjug. c. reg. o c. acertar.1. intr. Pasar el invierno en un lugar.
[…]
Fuente: REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en línea].
veranar (de verano)
intr. Veranear.
veranear
intr. Estar pasando las vacaciones de verano en cierto sitio.
otoñar (del lat. autumnāre)
1 intr. Pasar el otoño; particularmente, en cierto sitio o de cierta manera.
[…]
invernar
1 intr. Pasar el invierno en cierto sitio. Pasarlo de cierta manera.
[…]
Fuente: DICCIONARIO DE USO DEL ESPAÑOL. María Moliner. Tercera edición (2007).
Si nos fijamos en las definiciones del DUE de María Moliner, el sitio en que se desarrolla la acción está presente en las tres y «veranar» nos lleva directamente a «veranear», esto es, al término que realmente tiene uso extendido, al menos actualmente en España.
Creo que se puede asegurar que «veranear» es el término más común de entre los verbos citados anteriormente e «invernar» el segundo más empleado —mas lejos del auge del primero—, sin embargo, sus correlativos para el otoño y la primavera tienen bastantes menos usuarios, bien debido a que el clima que normalmente los acompañan —más suave— propicia que los viajes a otros lugares o las estancias temporales en diferentes sitios sean menos frecuentes, o bien a causa de que los más largos descansos laborales y escolares no suelen coincidir, en general, con estas dos últimas estaciones del año.
… Don Juan tenía por disculpa el mandato de su Rey de no invernar lexos de sus estados, y no le convenía detenerse, habiendo de ser la Morea y lo que cerca se ganase para venecianos por las capitulaciones, y no cuidando su general no había para qué cuidase don Juan. Mas deseoso del bien común quiso invernar en Corfú, …
(Historia de Felipe II, rey de España. Cabrera de Córdoba, Luis. c 1619).
… kiriar por cantar los kiries; ladronía por ladrocinio; mañear por levantarse de mañana; nerviar por travar con nervios; otoñar por passar el otoño; pollazón por criazón de pollos; …
( Orígenes de la lengua española. Mayans y Siscar, Gregorio. 1737).
Es importante señalar que yo entiendo que esa mención de lugares o sitios no se refiere exclusivamente a otros diferentes de los habituales, aunque esto sea lo más normal, sino que uno puede realizar la acción de los citados verbos en su residencia o área habituales, incluso «veranear». Si me cojo un mes de vacaciones de verano del trabajo pero no puedo o no quiero abandonar mi morada o si paso el verano en la casa con piscina que tiene mi hermano en mi misma urbanización, ¿no veraneo? Si paso el otoño en mi domicilio no cambiando mi rutina o si decido pasarlo en casa realizando trabajos de jardinería y piscinas en mi vecindario para ganarme un dinerillo, ¿no otoño? Solo por poner un par de ejemplos.
Definición del Diccionario Clave. Conclusiones
otoñar o·to·ñar
v.
Pasar el otoño: Me gustaría otoñar en un lugar cálido.
Fuente: Diccionario Clave en línea. Diccionario de uso del español actual (http://clave.smdiccionarios.com/app.php).
Si tomamos el ejemplo que incluye el artículo del Diccionario Clave —ver entrada arriba—, opino que no habría problema en decir, por ejemplo, que a mí me gusta «primaverar» en un lugar fresquito. A pesar de que parece que «otoñar», al igual que «veranar», tiene un uso minoritario o casi nulo en la actualidad y aun teniendo en cuenta que ningún diccionario principal del español de los que he consultado incluye este término, me parece que no habría por qué descartar «primaverar», del que podemos encontrar ejemplos de uso en portugués aunque no serios o fiables en español.
Y ustedes, ¿qué opinan, por favor? Gracias por cualquier comentario sobre este tema.
Buenas tardes:
Sí, Blasita, es muy razonable lo que planteas. No parece lógico que, de las cuatro estaciones de Vivaldi, jeje, tres tengan su verbo de referencia (sean o no sean muy usuales, pero ahí están) y una no. Y eso resulta algo chocante porque obliga a emplear perífrasis en casos como el de este ejemplo: La isla Tal tiene tan buen clima durante todo el año que acuden a ella muchas personas a veranear, a otoñar, a invernar y… a pasar la primavera. (Sí, se ve que ahí algo no va bien).
Se dice que la Academia no acepta nuevos términos si su uso no está suficientemente extendido, como sucede con «primaverar» (no hay ni rastro de esta palabra en el CORDE/CREA), pero también se podría pensar que el motivo de que no se extienda reside en que no figura en el diccionario. O sea que es un círculo vicioso que a mi juicio la Academia debería romper mediante la admisión de este verbo.
Así que si hay que ir a algún sitio a reclamar, yo te acompaño. 🙂
Un abrazo.
(Nomeextiendomásporquemefallalabarradelespacioytengoqueinsistirunayotravez).
¡Hola Blasi! ¡Buen tema! Ya somos tres los que pensamos igual.
Me hago un poco de lío. ¿Entonces según el DRAE debemos usar «veranar» y no «veranear» para pasar el verano cuando tenemos vacaciones en verano o especialmente cuando las no tenemos y lo pasamos en casa o en otra parte (si trabajamos y no tenemos vacaciones, ¿no estamos en casa?) y usamos «veranear» si tomamos vacaciones de verano y las pasamos fuera. Yo sólo uso «veranear» o «pasar el verano» para todo. ¿Por qué «otoñar» no se hace en un lugar según el DRAE? Ya digo que me estoy liando yo misma. No uso «otoñar» ni «primaverar», ni «invernar» aunque me suena más que las otras dos. Blasita, pero estoy de acuerdo en que ya que tampoco se usan tanto las demás: o todas o ninguna.
Me encantaría primaverar y otoñar en una casita de campo cuando me jubile, disfrutando de la naturaleza (o lo que nos quede vivo del planeta para entonces …) :((
Abrazos :))
Robin, tienes que cambiar el teclado.
¿Cómo estáis, mis queridos amigos?
Dará la impresión de que soy una aparecida, pero es que ya no podía más. Estoy dando rienda suelta a mis más puros instintos y no he podido resistir la tentación de darme una vuelta por el café. Ay, este Café de mi alma, ¡cuánto lo estaba echando de menos! Y más estos últimos días en que nos tienen a todos casi casi confinados en nuestros hogares, sobre todo a los que ya hemos pasado de una edad. Pues no sé si lo habrán tenido en cuenta las autoridades que deberían cuidar del bienestar del pueblo, pero me da la impresión de que va a haber más víctimas a causa de estos encierros y la obligada y continua convivencia que las que pueda producir el innombrable bichejo que está poniendo al mundo patas arriba.
Me gustaría saber cómo estáis, si os veis afectados de alguna manera por las medidas que están tomando los gobiernos (en plural, porque como son tantos…) y por el comportamiento de gran parte de la sociedad; qué sentís en lo más íntimo, si temor, incertidumbre, frustración, desconcierto… ¿Pensáis que se ha creado demasiada alarma social? ¿Está justificada?
Todo esto se me ha ocurrido pensando en la forma en que nos va a tocar pasar la primavera, si no primaverar, y la de planes que se han venido abajo: las fallas, las procesiones… por citar los más multitudinarios. Es un efecto dominó cuyas consecuencias soy incapaz de visualizar. ¿Creéis que nuestro país, hoy por hoy, aguantará semejante batacazo?
Deseo que todos estéis lo mejor posible. Que no os contagiéis, que el coronavirus pase de largo, como si no os viera…, ni a mí tampoco, claro. Para que podamos veranear, otoñar e invernar aunque no nos movamos de nuestros reductos.
Un fuerte abrazo (qué bien sin riesgo)
Buenas tardes:
Agradezco mucho vuestros comentarios, Robin, Monic y Madri.
Fijaos, Monic, «veranar» y «veranear» solían presentarse como sinónimos en las ediciones del diccionario académico; «veranear» comenzó a usarse en obras escritas en el siglo XVII, pero no fue hasta el XX cuando «veranear» adquirió el significado preciso que permanece hasta la actualidad; la 21.ª edición del DRAE (1992) muestra la misma acepción que el DLE (a día de hoy, 15/03/2020). Es de suponer que la aparición de esa acepción de «veranear» en el Diccionario de lengua española («pasar las vacaciones de verano en lugar distinto de aquel en que habitualmente se reside») obedeciera a la generalización del turismo —con la consiguiente entrada de «turismo», que también despunta en la anteriormente citada edición del Diccionario—. Como curiosidad señalar que «turismo» se refería a «viajar por gusto de recorrer un país» en la edición de 1925:
He consultado algunas bases de datos y Enclave RAE. Me parece que «veranar» podría llevar la marca de poco usado debido a su insignificante uso —si estoy equivocada acerca del poco o nulo empleo de este verbo, díganlo, por favor—. Aunque parece que, en general, en la política de asignación de marcas que sigue la RAE y demás Academias pesa bastante la estadística de uso en obras literarias, creo que «otoñar» podría asimismo llegar a formar parte del conjunto de términos poco usados, pues, aun teniendo en cuenta solo los corpus y no tanto el habla popular, los datos estadísticos nos confirman que el nivel de uso que tenía «otoñar» en los dos últimos siglos es muchísimo más bajo del que tenía en el XVIII.
Sí, Robin. E incluso son muchos los que dirían a menudo: … a veranear y a pasar el invierno, el otoño o la primavera.
No esperaba menos de usted, caballero. 🙂
Que así sea, Madri. Un fuerte abrazo para ti y todos.
Buenas tardes:
Se diría que este tema ha quedado muy clarito, ¿no? Maxime con este último «repaso» que le ha dado Blasita. 🙂
Pero ya que estamos hablando de las cuatro estaciones del año (aunque en Burgos dicen que solo hay dos, ya sabéis), podríamos comentar algunas particularidades que tiene invierno, antes de que se nos vaya del todo:
Cada vez que indago en el DLE, surgen curiosidades (por no decir datos que yo no sabía), como por ejemplo que invierno proviene de ivierno, palabra que el DLE marca como poco usada y el DUE la considera popular. En cualquier caso, recuerdo que ivierno era la forma en que mi abuela se refería a la estación fría, jaja, término que yo siempre he pensado que era incorrecto. También he oído decir ivierno algunas veces a la gente del campo.
Por otra parte, como el origen de invierno es la palabra latina hibernum, podemos decir que nos hemos tomado la libertad de, primero, quitarle la hache; segundo, cambiar la b por la v; tercero, intercalar una n; y cuarto, formar un diptongo. No sé, pero mucha libertad parece esa, ¿no?
En cambio, la palabra hibierno ha sido más fiel a su etimología. Sí, pero aunque fue utilizada en siglos pasados, actualmente vegeta en el diccionario con la marca p. us. Una fidelidad poco correspondida.
Por el contrario, algunos derivados de hibierno como hibernación o hibernar –que antes no se utilizaban– son de uso normal actualmente, y así figuran en DLE desde su edición n.º 21*. O sea que unos vienen y otros van.
Y en medio de esta liosa familia de palabras, se tropieza uno en el diccionario con hibernés e hibérnico, que al pronto me parecieron adjetivos relativos a hibierno (un mes hibérnico, por ejemplo, que dicho queda muy bien), pero nada de eso porque solo se aplican a los naturales de Hibernia, ahora Irlanda.
Y ya está, no os canso más. Abrazos «desde mi celda». Cuidaos mucho mucho. 🙂
(*) Según el Mapa de Diccionarios Académicos que nos facilitó Blasita.
Hola, Robin y todos:
Muchas gracias por presentarnos esa familia de palabras tan liosa de manera tan clara, Robin. Solamente por el hecho de añadir otra curiosidad al respecto, existe también el (muy) desusado «envernar». DLE en línea (06/04/2020):
De curiosidad a curiosidad —me has animado—. «Verano» procede del latín vulgar veranum tempus (‘tiempo primaveral’), derivado de ver, veris, «primavera». Hasta el Siglo de Oro se distinguía entre el verano, que era el fin de la primavera y el principio del verano actuales, el estío, que se refería solo al resto del verano, y la primavera, que era el principio de lo que se conoce hoy por primavera. De este modo, diríamos que «primavera» viene del latín vulgar prima vera, primo vere (al principio de la primavera), y, aunque pueda haber algunas diferencias entre autores, es simplemente como a mí me lo explicaron y como Coromines lo plasma en su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (3.ª edición. Editorial Gredos).
Buena semana y aquí estamos para lo que queráis. Gracias por estar ahí en estos tiempos en los que un virus nos reta con una actitud desafiante; ánimo, sé que nosotros venceremos haciendo de nuestras casas y localidades una plaza fuerte.
Saludos y abrazos.
¡Hola! Mi comentario no va exactamente sobre los verbos pero creo apoya la idea de que «primavera» es la estación más olvidada en castellano.
Del DRAE.
¿Y «primaverada»? Mira que está bonito el campo en primavera, que los ganados también viven …
¡Saludos!