Cuando era pequeña, mis padres nos enviaban en las vacaciones de verano a mis dos hermanas mayores y a mí a Zaragoza, donde mi tío -viudo- era jefe de estación de Renfe. Nos juntábamos diez chicas, yo la mas pequeña. Había al lado de su casa un cuartel de soldados que hacían la mili.
Un día que pasábamos por allí de camino a casa, un «sorchi» le dijo a una de mis primas (la más guapa y mayorcita): ERES LA FLOR Y NATA DE LAS SARDINAS EN LATA. Se me ha quedado grabado en la memoria, y eso que yo era una «canija» y que ya ha llovido más que mucho de aquello.
¿Conocéis algún piropo de este tipo?
Buenas tardes, Luz:
Ja, ja, ¡ese piropo es buenísimo! Está claro que en aquella época las sardinas en lata eran muy apreciadas, como seguro toda la comida en general.
Lo siento, no recuerdo ahora ningún piropo de esa clase. Cuando era joven, a mí me solían lanzar el típico y soso «¡Tía buena!».
Un abrazo.
Bueno Blasita, desde luego para mí es una ordinariez, pero qué se va a esperar de los impresentables, o sea, no piropos con un poco de «clase», cosa bastante improbable. Saludos.
Hola, chicas:
Que Dios me perdone, pero cuántas veces he deseado que alguien (me refiero al lanzador de los mal llamados piropos) se cayera del andamio.
Recuerdo cuando para ir a trabajar tenía que pasar inevitablemente por dos calles cuyos edificios estaban en construcción y los albañiles los decían a voz en grito. De esto hace ya muchos años, pero nunca me gustaron los piropos; de ninguna clase.
Un abrazo.
Ha sacado usted un tema, doña luz, muy interesante, este de los piropos.
Antaño marca de identidad genuina del espíritu latino, forma ineluctable de expresión del hervor libídico masculino hacia las hembras -pues sí, ¿hay algún nórdico en la sala que explique cómo manifiestan el hervor libídico los hombres en su tierra?. O dicho de otra forma, ¿tienen hervor libídico los nórdicos?-, su mal uso y abuso ha llevado al justo desprecio por el mismo por parte de las mujeres. No hay objeción alguna a la repulsa por esa grosería bajuna que se dice con intención humillante. Eso no es un piropo, eso es una forma de degradar. Pero estarán ustedes de acuerdo conmigo que ese comentario halagador, dicho con elegancia y buena educación, tiene que ser bien recibido, a la fuerza, por a quien se lo dirigen. ¿A quién no le agrada que le dediquen una lisonja? Doña Madri, cada uno es como es, pero yo creo que a usted no le gustan los piropos porque no ha tenido nunca la suerte de que le hayan dedicado uno como usted se merece. Nada de… «Morenaaaaa, vete por la sombra, que al só se secan los bombone». No. Eso, posiblemente, no esté mal para quien haya estado aconstumbrada a barbaridades mayores. Pero señoras de nivel, de formación, de auténtica clase, requieren entrarle por otros registros. Una especie de: «Señorita, en el Louvre no me dijeron que las auténticas escurturas andararan…, no, anduvieren…, eeeh, andasasen… A vé señorita, ¿cómo es el modo verbá adecuado, que tiene usté carita de saberlo tó? ¡Ole las omniscias bien plantás! ¡Vivan las wikipedias con ojos como luceros…». Y así todo el tiempo. ¿A que tiene la cosa otro color? Mire, una de los mejores piropos que me han dedicado en mi vida, y por el que me siento muy orgulloso por quien me lo dijo, ha sido el de «Faraón de Triana». ¿Tiene o no tiene eso arte? Ea, doña luz, ahí tiene uno para su colección.
Bromas aparte, el piropo como forma galante y simpática de halago a una persona del sexo opuesto -o del mismo, según gustos- es algo por lo que yo abogo para que no se pierda. Naturalmente que está en el caracter de cada uno, pero podría pensarse que es forma cortés de relación entre personas y la mejor manera de descubrir empatías recíprocas. De hecho, hasta me estoy pensando en crear una asociación -sin ánimo de lucro, por supuesto- que potencie y desarrolle su uso. Tendré que ir dándole vueltas al nombre y a los estatutos, así que busco voluntarios entre la concurrencia. Cuota de entrada: 20,00 euros. Gracias.
Buenas noches a todos:
Sus argumentos me resultan ineluctables (?), Milord. Si hubiera topado con usted en lugar de con aquellos mangurrianes de los andamios, a buen seguro que las cosas habrían sido diferentes.
Caray, Faraón de Triana nada menos; no está nada mal. Se nota que quien se lo dijo lo apreciaba de verdad.
¡Hola!
Pues en este país casi todos los hombres (y cada vez un número mayor de mujeres) son muy piroperos, y se escuchan de todos los tipos. Desde los creativos y ricos en buen humor, hasta los que solo podrían nacer en la mente retorcida y poco lírica de los andamieros, un viernes a las 4 de la tarde y con la paga en el bolsillo.
Uno de los más delicados que he escuchado es: «Cuando salgas, prende la luz», que no sé si es venezolano o de otra latitud, pero que igual me gusta mucho. Lo acabo de buscar durante unos segundos por la red (pocos, pues ya es hora de dormir), y no lo encontré así, a vuelo de condor. Pero, de todas maneras, tropecé con una lista de nuestros mejores y peores piropos y, para no quedarme con ellos en la mochila, ya que soy muy tímido -o pendejo, para algunos- como para usarlos en la calle, comparto el link para que al que le dé curiosidad pueda echarles un ojito:
http://www.dobrila.s5.com/piropos.htm
Solo copiaré aquí dos o tres que me hicieron reír:
-No muevas tanto la cuna que se despierta el bebé.
-¿Por cuánto me haces un muchacho, si yo pongo el material?
-Quien fuera perro pa’ orinarte un caucho.
-En el hipódromo de mi corazón, tú eres la yegua que más corre.
-Eres la carne mechada que rellena la arepa de mi corazón.
Y este, para terminar, que probablemente me ocasione la expulsión del blog, pero que no puedo evitar sonreír al leerlo:
«¡Escúpeme, mi reina, que se me acabó el perfume!» 🙂
Feliz martes para todos.
PD: Jefa, excelente la opción de editar. ¡Muchas gracias!
En el hipódromo de mi corazón tú eres la yegua que más corre, me ha gustado mucho. Gracias.
Me costó mucho publicar PIROPOS, pero al final me dije ¿por qué no?, al que le apetezca que haga algún comentario y al que no que no lo haga, lo primero GRACIAS y después es que estoy de acuerdo en que a quién no le gustaba antaño cuando te echaban piropos recibir uno de buen gusto, pero como dice Madri, los obreros te decían unos que te daban ganas de darles una patada en «sálvese las partes». Habrá más. Saludos. Milord debe ser usted un tío buenorro para que le dijeran esos piropos, espero que sigan, aunque hoy día, lo mejor que he oído a los chicos a su chica es «tipa palante».
Tipa palante. ¿Y eso te parece lo mejor? Quizá si supiera qué significa estaría de acuerdo contigo, pero me cuesta, me cuesta. Y mira que lo he intentado…
Tienes mucha razón Madri, lo de tira palante no es en absoluto un piropo ni nada que se le parezca. Ruego disculpas por el «lapsus». Saludos.
Hola:
He entrado porque estamos haciendo unas pruebas con respecto a la función «editar». Nada, vosotros seguid como si yo no estuviera aquí.
Ahora voy a publicar y después editaré, a ver qué pasa.
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Voy a repetir la operación, por si acaso.
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Pues asunto concluido: todo funciona perfectamente. Gracias y perdón por la irrupción.
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Bueno, ya que estoy aquí, dejaré un piropo que he leído recientemente, que no está ni bien ni mal sino todo lo contrario:
¡Ten cuidado con los piratas, tesoro!
Hasta luego. 🙂