A menos de una semana del segundo aniversario de este Café, les invito a participar en un nuevo tema de conversación.
«Nadie sabe de verdad lo que es África hasta que no ha vivido —si es que vive para contarlo— una matata mingui, que es como se dice jaleo del carajo en lingala, o sea, en una de las lenguas locales que hablan allí. Cuando eso ocurre, lo que sale en la tele no sirve ni remotamente para hacerse idea. Cuando de verdad se monta un pifostio africano, o sea, una merienda de negros de color, y mis primos se ponen hasta arriba de cerveza, o de banga, o de lo que tengan a mano, …»
(Con ánimo de ofender. Arturo Pérez-Reverte).
«Pifostio»: un jaleo, un follón, un zipizape, un cacao, un cirio (pascual), un pitote, un pollo, un cisco, un tinglado, una buena, una pelotera, la marimorena, la gorda, la de Dios, la de San Quintín. Y seguro que muchos más sinónimos, más o menos cercanos y más o menos locales.
«Pifostio», un término muy coloquial, sigue sin hacerse hueco en el Diccionario de la lengua española, ni en otros principales diccionarios (ni en el DUE de María Moliner ni en el Clave). Tendremos que esperar a ver qué criterios acuerda la RAE y demás Academias en relación con el anunciado Diccionario —del que muchos supimos aquí gracias a esta entrada de Milord—.
«Pifostio» es una de esas palabras de uso habitual en uno o más países y que buscan desesperadamente diccionario donde albergarse y lucir como se merecen. ¿Les parece una buena idea abrir un diccionario de términos en busca de diccionario?
Como siempre, agradezco mucho cualquier comentario sobre este tema.
Buenas tardes:
Claro que lo apuntamos. Muchas gracias por ese otro neologismo, Milord.
Mi idea era reunir exclusivamente palabras y expresiones que, a pesar de tener un uso relativamente extenso, no forman parte de ninguno de los principales diccionarios. Tras leer los comentarios de esta conversación, pensé que sería adecuado abrir este grupo para incluir vuestras sugerencias y, de este modo, la única condición que queda para entrar en la lista es que no aparezcan en el DLE. Dicho lo dicho, sí que me encantaría encontrar más «pifostios», es decir, palabras o expresiones cuyo uso sea destacable y sin entrada actual en ninguno de los tres diccionarios que cito allí. Ahí lanzo el reto.
Un saludo cordial para todos.
Ya estoy aquí de nuevo, solo un día después, porque hoy mismo el director de la RAE ha anunciado que el neologismo posverdad se incluirá en la próxima actualización del DLE.
Fuente: http://www.rae.es/noticias/dario-villanueva-el-termino-posverdad-entrara-este-ano-en-el-diccionario.
Aunque ya no es apta para entrar en nuestra lista, me gustaría saber qué piensan sobre esta nueva «adquisición». Post-truth ha encontrado sin gran problema «una traducción impecable» al español, aunque sin «guion en el medio» —palabras del Sr. Villanueva—.
Buenos días:
Muchas gracias, Blasita, por pasarnos esa noticia de la Real Academia respecto a la aceptación del neologismo posverdad. A eso se le llama diligencia informativa. 🙂
Sobre esa palabra, mi modesta opinión a vuelapluma es la siguiente:
La definición provisional de ese término, dada por el señor Villanueva, en lo que se refiere a la sustitución de lo objetivo por la apelación a las emociones, creencias o deseos del público, me recuerda a ciertas expresiones contenidas en la definición de demagogia que ofrecen distintos diccionarios:
…halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos (DLE); …agradar o exaltar a las masas (DUE); …utilizando más la exaltación de los ánimos que los razonamientos (Clave); etc.
Por lo tanto, es evidente que tanto posverdad como demagogia apuntan a un mismo fin: la manipulación de la mente del ciudadano a través de la manipulación de la realidad.
En consecuencia, a mí me parece que para que la palabra posverdad diga algo nuevo –pues de lo contrario, ¿qué falta nos hace?– hay que introducir en su definición alguna referencia a la circunstancia que precisamente ha creado la necesidad de un nuevo vocablo, que no es otra cosa que la existencia de potentes sistemas de propaganda a alto nivel, con capacidad para respaldar prácticamente cualquier opinión.
Pero mucho caso, oyes, no me hagáis pues. (Imitando a Karra).
Un abrazo. 🙂
Muchas gracias por tu comentario, Robin. En mi opinión has dado en el blanco, y a la primera. Coincido en que demagogia cubriría lo básico de la definición del nuevo neologismo posverdad que aparece en esa página de noticias de la RAE y que sería necesario añadir algo a esta última, algo como lo que mencionas.
Un abrazo.
Ya estoy aquí de nuevo.
Esta mañana prontito he cogido la caña y he tenido la suerte de pescar un puro ejemplar del conjunto de derivados omitidos en los principales diccionarios. Tenía a tiro un pez gordo, un ejemplar del grupo de los gerundios ingleses (mentoring), pero he decido esperar y me las he arreglado para cazar su perfecto equivalente en español : mentoría (de mentor).
Una palabra más que, desgraciadamente, está últimamente en boca de todos los medios de comunicación: salafismo: artículo de Wikipedia sobre el salafismo. El yihadismo y el wahabismo habían sido incorporados naturalmente al DLE y al DUE de María Moliner, pero no al Clave. Curiosamente, salafismo es el único término de los mencionados que aparece en este último diccionario:
Es cierto, Blasita. Yo no había oído esa palabra hasta que alguien la mencionó en una de las numerosas crónicas dadas por los medios de comunicación sobre los luctuosos sucesos de la pasada semana.
En este mismo contexto, hay una palabra que se oye o se lee con frecuencia y que tampoco recoge el DLE. Se trata de sharia.
El diccionario Clave la define así:
En el DUE también figura sharia o charia, aunque con acento en la i en ambos casos: sharía o charía. Pero, como digo, el DLE no recoge ninguna de las cuatro formas. (¿Habrá otras?).
Un abrazo.
Gracias, Robin. Apunto esa nueva palabra en nuestra lista de palabras en busca de diccionario, en este caso del DLE.
Lo que cito arriba es lo que dice la Fundéu al respecto.
Un abrazo.
Buenos días:
Se me quedó algo en el tintero ayer, esto es, resaltar las diferencias evidentes entre la recomendación de la Fundéu y la entrada del Diccionario Clave. Como se puede ver en la cita del Clave que incluyó Robin, este diccionario considera que charia es un extranjerismo puro, ya que dice que ha de escribirse en cursiva. Esto no me cuadra, pues entiendo que sería una posible adaptación al español. No coinciden exactamente en la pronunciación del original, en árabe, la Fundéu y el citado diccionario.
(Escribo otro comentario para que llegue notificación al correo. Más tarde lo uniré al mío de ayer).
Buenas tardes:
Muchas gracias, Blasita, por la información que nos has facilitado sobre sharia/sharía. Acerca de su pronunciación he llegado al convencimiento, después de hacer un largo periplo por internet, de que son válidas ambas formas –con acento en la i y sin él–, pero no porque la pronunciación en árabe admita esa dualidad sino porque ambas formas están ya muy extendidas.
Sobre el tipo de grafía, gana por abrumadora mayoría, también según he visto en internet, la escrita con letra redonda y sin comillas.
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Y ya que he entrado en el Café, voy a aprovechar para proponer, mientras me tomo un blitasa con hielo, otra palabra que también considero que está en busca de diccionarios, aunque no de todos (como le gustaría a Blasita: lo siento) sino sólo en busca del DLE principalmente. Se trata de esta palabra –que sí figura en el DUE y en el Clave– con la que me tropiezo a menudo, incluso en los crucigramas: inuit.
Veamos qué dice de ella el DUE:
Entonces, para «enterarme» bien, en condiciones, como Dios manda, de cuándo es conveniente usar inuit y cuándo esquimal (que nunca se sabe a quién te puede traer a cenar tu hijo o hija) he consultado con Wikipedia y he sacado esto en claro:
Eso es todo. Un abrazo.