Hola, buenas:
Cuando hace unos días Milord (¿o deberíamos llamarlo Ourlord? je, je) escribió la entrada «Ineluctable» comprendí que acababa de crear una sección dedicada a traer y comentar en este blog palabras o acepciones de palabras que son poco usuales aunque la Academia las mantenga en su diccionario como de uso normal y generalizado.
Hay tantas, que podríamos convertir este sitiio en un blog monográfico, pero eso no es, naturalmente, lo que queremos. Por ese motivo, antes de plantear yo un asunto de este tipo (en la entrada siguiente) he dejado pasar más de una semana desde la citada intervención de Milord, a fin de que, como digo, haya variedad de temas en este blog.
Se trata de algo subjetivo, obviamente, ya que cada uno de nosotros tiene su propio léxico, de manera que lo que para unos resulta desconocido, para otros puede ser algo archisabido, y probablemente será a la inversa en otros supuestos. De todo modos, para exponer casos de esta índole hay que ser valiente (como yo 🙂 ) porque hay que comenzar por hacer públicas nuestras lagunas idiomáticas.
Muy buenas tardes a todos, queridos blasiteros:
Por si había alguna duda sobre el uso en Argentina de la exclamación «pucha», aquí tenemos a Mafalda con toda su elocuencia.
http://chaetoceros.deviantart.com/art/La-Pucha-538736916
https://rioplatofonia.files.wordpress.com/2014/10/mafalda-21.jpg
Aunque no la uso habitualmente, la palabra me sonaba mucho sin saber de qué. Al fin lo he recordado: de «oírselo» a Mafalda y sus amiguitos.
¡La pucha!, que se me olvidaba enviaros mis mejores deseos para estas fiestas de Navidad y el nuevo año que tenemos ya a la vuelta de la esquina.
Un fuerte abrazo a todos.
Hola a todos:
Traigo otras dos palabras a este rincón de Robin y las pongo sobre la mesa para ver qué uso tiene para ustedes.
Jipiar:
Barbián, na:
Las dos citas son del DLE.
Yo conozco esta última por la literatura, pero no recuerdo haberla oído en conversación. Jipiar la he oído solamente con el sentido de esta acepción del DUE de María Moliner:
Este significado de jipiar no aparece en el Diccionario de la lengua española.
Gracias por cualquier comentario sobre estos dos términos.
Buenas tardes:
Gracias, Blasita, por seguir nutriendo esta sección de palabras y acepciones que han dejado de tener protagonismo en nuestro idioma.
Sin embargo, la palabra barbián no me resulta desconocida. Ahora no es el caso, pero recuerdo que de niño se la oía decir a mis mayores con cierta frecuencia, aunque yo siempre la tomé con un sentido diferente del que figura en los diccionarios:
–Abuelo, ¿si te limpio los zapatos me das cinco duros para ir el cine?
–Ah, barbián, cómo te las ingenias para sacarme los dineros…
Es decir que ahí barbián tenía el sentido de granuja, pillo, pero no en su versión dura sino más bien en la afectiva (granujilla, pillín, picarón). Y este es el motivo por el que yo estaba equivocado en cuanto al significado de esa palabra.
En cualquier caso, a mí me parece, Blasita, que sería prematura la propuesta de eliminar esta palabra, ya que tengo la impresión de que aún se utiliza en zonas rurales y, por otra parte, aunque sea de manera indirecta, se ve escrita de vez en cuando en los periódicos. Y ahora viene el rollo: 🙂
Es frecuente que los comentaristas políticos, cuando quieren referirse al inmovilismo de algunos gobernantes (ya sean regionales, nacionales o internacionales), utilizan las palabras tancredismo o dontancredismo, que el DLE explica y define muy bien:
«dontancredismo
De don Tancredo, personaje del toreo cómico que esperaba inmóvil como una estatua la salida del toro, e -ismo.
1. m. Esp. Actitud imperturbable de quien parece no darse cuenta de la amenaza de un peligro grande».
Y no es raro que el periodista que utiliza esta palabra como sinónimo de inmovilismo político cite de paso en su artículo la canción que a principios del siglo pasado le sacaron al «desenvuelto, gallardo y arriscado» (je) Tancredo López Martín, con lo cual «le dan vida» indirectamente a la palabra barbián. ¿Un ejemplo? Venga; este es de El País, fechado en 2007.
En cuanto a la palabra jipiar, tengo que decir que no me parece haberla oído con el sentido que le da el DLE pero, en cambio, sí es frecuente por estas tierras el uso del sustantivo jipío (sic, y así lo recoge el DLE). Como verbo, sólo me suena la acepción adicional que ofrece el DUE (jipiar²) –y es extraño que el DLE la ignore– pero también de hace muchos años… del lenguaje del instituto:
–Aprobé el examen gracias a que, en un descuido el profesor, pude jipiarle la fórmula del volumen de la esfera al que estaba a mi derecha.
Y eso es todo lo que yo puedo aportar, Blasita. Un abrazo a ti y a todos.
Buenas tardes, blasiteros:
Por mi parte, la palabra barbián no me la he encontrado ni en los crucigramas. Si me llegan a preguntar por ella hubiera respondido que bien podría ser un pez propio de aguas cálidas y poco profundas y que se pesca al curricán.
Sin embargo, si creo recordar haber leído en alguna ocasión el verbo jipiar pero en su versión llorona.
-Allí se encontraba la pequeña en un rincón, llena de churretes y aun jipiando.
Y no me cabe la menor duda de que procede de la aspiración de esa hache de la onomatopeya «hip». Ya saben, como jalar de halar. Pues igual, de hipiar, jipiar.
Muy buenas tardes a todos.
Buenas noches a todos, queridos amigos, es un gusto encontrarlos de nuevo.
Me voy a dedicar a jipiar, que es la que me resulta más sonada ─nunca mejor dicho─ debido a los jipíos del flamenco. La verdad es que no sé si el verbo lo habré visto alguna vez en algún sitio, no me acuerdo, pero doy por hecho que los cantaores que emiten jipíos jipian o jipían… ¿cómo es? Veo en el DLE que es jipían, con hiato.
En cuanto a la otra acepción que trae Blasita, la de “ver”, al principio no me había dado cuenta, pero me da la impresión de que es otro caso parecido al de “cipostio”. Yo decía “jipar”, que no está en el diccionario, claro, pero pensé que sería una palabra patrimonio de la familia, porque, como casi todos somos miopes, no hemos jipado bien nunca. Y ahora resulta que no solo no jipábamos, sino que, además, tampoco jipiábamos. Y eso es muy fuerte…
Zascandil, así llamaba mi padre a todo aquel que andaba metiéndose en líos o tratando de engañar al prójimo. Creo que solo se la oí a él. ¿Os suena a vosotros?
Que los dioses os bendigan.
Un abrazo
Os agradezco muchísimo que hayáis pasado por aquí para dejar vuestros interesantes comentarios sobre jipiar y barbián, y más, Robin, Milord y Madri.
¡Claro! ¡ El jipío ! Torpe por mi parte por no haberlo relacionado con el quejío o lloro del cante flamenco.
Milord, creo que tiene toda la razón con respecto a esa hache. Hipido, jipiar, jipido, jipío.
Robin, gracias por el enlace a ese artículo, es muy bueno, y por tus comentarios.
Madri, qué bien que hayas sacado a la palestra zascandil. E interesante es la variedad jipar . Zascandil es de uso habitual para mí y lo he oído siempre en mi familia, aunque este uso de la palabra no coincide con el de el DLE, ni exactamente con el del DUE de María Moliner.: «1 m. ant. Acción o suceso *brusco. 2 Persona *aturdida, *informal o *ligera, o sea, falta de aplomo, formalidad y estabilidad. 3 ant. Hombre astuto, engañador, generalmente estafador». La definición que más se ajusta a mi uso es la del Clave:
¡Para ya, que eres un zascandil! Me decían algo como esto cuando era niña. Curiosamente utilizaban el masculino en lugar del femenino que ofrece el DLE. Las acepciones del DLE no se acercan a cómo empleo yo esta palabra. En mi entorno zascandil es una persona que va de un lado a otro, que no puede parar y marea a otros. Este es el sentido básico para mí, pero, naturalmente, podría tener algunos otros matices. ¿Nos valdría para incluirlo en la entrada de palabras (o acepciones) en busca de diccionario? Espero sus comentarios. Gracias, compañeros.
Un abrazo.
Buenas noches a todos:
Me he topado con otra acepción de una palabra cuyo uso, al menos en mi entorno y localidad, ya había caído en desuso en las últimas décadas del siglo pasado:
Ya en mi adolescencia no se estilaba entre los jóvenes. ¿Y qué uso tiene esta acepción por allí y por allá, por favor?
Saludito.
Buenas tardes:
Disculpa el retraso en responder a tu comentario de hace un mes y medio, Blasita. Ha sido de esas veces que dejas la contestación para después, y luego se te olvida. Sí, ya sabemos que el adverbio después no tiene fecha de vencimiento, pero no está bien hacer esperar al prójimo, y menos si se trata como en este caso de la directora general. 🙂
Respecto al término titi te puedo decir que hace tiempo se oía con cierta frecuencia, sobre todo con el sentido que le da la segunda acepción del DLE y más bien dirigido al sexo femenino, pero actualmete no parece que sea usual.
Más que coloquial, a mí me sonaba un poco… chulesco, muy propio, por ejemplo, de los castizos Manolos del barrio de Lavapiés de antes (no del de ahora, que está ocupado por más inmigrantes que españoles). Y como arquetipos de usuarios, se me antoja que podríamos elegir varios entre los distintos personajes que encarnó en galardonado actor Tony Leblanc, en aquella época en que en el cine español se hacían tantas comedias fáciles .
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Y ahora voy yo a proponer que una de las acepciones de una palabra sea incluida en la lista que estamos confeccionando sobre «Palabras y acepciones poco usuales»:
Se trata de la 2.ª acepción del siguiente vocablo, cazado por Madri con gran habilidad, y desde anoche expuesto al público de todas las edades en la sección de «Palabras con significados contrarios»: se trata de venturoso.
Recordemos lo que dice al respecto el DLE:
Digo yo que no será muy venturoso el término venturoso, cuando de momento está en la picota por partida doble: primero por ser contradictorio, y segundo por estar, en parte, anticuado.
Lo de contradictorio, que ya lo expuso Madri, me parece más que evidente; y para la afirmación de que la 2.ª acepción está en desuso me baso en que nunca, ni una sola vez, había visto ni oído utilizar venturoso con el significado de borrascoso; y que en este mismo caso están –no lo dudo– las miles de personas que en estos días han utilizado esa palabra para expresar sus buenos deseos a sus familiares y amigos. (Y si sumamos las felicitaciones de otros años, serían millones de personas).
De todos modos he consultado el CORDE y el CREA, aunque este caso tiene el inconveniente de que con la entrada «venturoso», los resultados (el primero da 1.937 y el segundo 104) corresponden al sentido «feliz» del término; si no todos, al menos los que yo he podido comprobar con un un poco de paciencia.
Por ello, he hecho después un intento con la entrada «mares venturosos» pensando en que los casos que esta vez salieran corresponderían todos al sentido de «borrascoso, proceloso». Bien, pues el CORDE ha dado un solo resultado (del poeta Bernardo de Balbuena, en 1624), y el CREA ningún resultado.
Por último, he acudido a otros diccionarios (DUE, Clave y Espasa-Calpe) y en ellos solo he encontrado el lado «bueno» de ese término.
Por lo tanto, me quedo totalmente convencido de que el DLE debería poner la marca «desus.» a la repetida 2.ª acepción de venturoso.
Un abrazooo. 🙂
Buenas tardes:
Ya que lo dije, no me puedo echar atrás: voy a analizar hasta donde yo pueda (con mis cortos medios y luces) el historial del adjetivo venturo, ra, para comprobar si, tal como parece, es una palabra prácticamente en desuso.
Como vimos hace unos días en otra sección, las definiciones que ofrecen el DLE y el DUE son las siguientes:
DLE:
DUE:
En cambio, los otros dos diccionarios que solemos tomar aquí como referencia -Clave y Espasa-Calpe– no incluyen este término.
Bien, pues el primer indicio que apunta a que este adjetivo está fuera de circulación es el hecho de que no figure en el Espasa-Calpe actual y sí en el que se editó en 1956 (con una definición similar a la del DLE). Se deduce, pues, que su equipo de lexicógrafos opinó en su día que no tenía sentido mantener esa palabra, por obsoleta, en posteriores ediciones de su diccionario.
Acontinuación, en mi visita al CORDE he obtenido una veintena de casos en los que se cita dicho adjetivo. Pero a mi entender, esto no respalda su vigencia, puesto que los más recientes son dos de principios del siglo XX (1911-1925); y para localizar los restantes hay que pasarse por el Ministerio del Tiempo y salir por las puertas que dan al los siglos XIX, XVIII y XVII. La referencia más lejana –como curiosidad– es la del manchego San Juan Bautista de la Concepción en su obra Exhortaciones a la perseverancia, escrita en 1606. (Por cierto que, aunque ha llovido mucho desde entonces, sigue siendo un buen consejo). 🙂
Perseverando en la búsqueda he acudido al CREA y éste me ha respondido al instante: «No existen casos para esta consulta».
También me he pasado por el DIRAE, para ver el gráfico de «Uso en el tiempo» del adjetivo venturo, ra. Este es el sitio (clic). Pero antes de abrir el enlace seguid leyendo un momentito:
Veréis que al final de la página hay un apartado que se titula «Refranes que usan esta palabra» (o sea, que usan este adjetivo). Se agradece a la Academia la información, pero si leéis esos refranes comprobaréis que en ellos la palabra ventura no es el adjetivo que estamos analizando (femenino, supuestamente, en esos ejemplos). No, porque en todos los casos ventura corresponde al sustantivo femenino que significa suerte / felicidad / azar, y del que deriva el adjetivo venturoso que sacó Madri a la palestra hace unos días.
Por lo tanto, el mantenimiento en vigor del repetido adjetivo, ni siquiera lo puede justificar el refranero espàñol, como pudiera ocurrir en otros casos.*
En fin, visto todo lo anterior, para mí es obvio que venturo, ra debería llevar la marca «desus» en el DLE y en el DUE, o al menos la de «p.us», mientras no me disuada otro tipo de argumentos, que puede exponer libremente quien lo desee en esta sección.
Un abrazo.
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* Por ejemplo, el del verbo encamarar (qué raro suena yo encamaro, tú encamaras…) que significa almacenar en cámaras. Este verbo figura en los principales diccionarios de la lengua española (en el Clave, no) a pesar de que el gráfico «Uso en el tiempo» del DIRAE señala un grado de utilización nulo en los últimos años (el gráfico llega hasta 2009). Además, no hay registrado ningún caso de «encamarar» ni de «encamarado» en el CORDE ni en el CREA.
Y tal vez coadyuve a su mantenimiento en los diccionarios el hecho de que este verbo figure en algunas máximas de nuestro refranero. Verbigracia: «En abril, espigado; en mayo, granado; en junio, segado; en julio, trillado, y en agosto, encamarado».
¿Qué te parece, Robin, si, para llevar la contraria, nos ponemos todos a utilizar el término «venturoso»?
A mí está dándome que pensar, porque es justo el adjetivo que necesitamos por aquí para describir el tiempo que nos está haciendo, para mi gusto, demasiado a menudo ya. Lo tenemos venturoso. Y, además, con todos sus significados hechos uno. Venturoso porque estamos de borrascas y tormentas hasta donde yo diría si este no fuera un púlpito tan respetable. Venturoso porque nunca sabes, al salir de casa, mires al norte, al este, al oeste o al sur, para dónde va a rolar el viento, ni si las nubes que se acercan por todos lados pasarán de largo o se quedarán aquí porque parece que nos han tomado afecto, así que vas a la ventura. No ya por las nubes, ni por lo que puedan dejar caer, porque… si coges el paraguas, no te sirve para nada, pero ¡ay! si no lo coges: ¡no te libras de la chupa! Así que todo es cosa de la suerte.
Y, aunque parezca una paradoja, también es venturoso porque si alguna vez aciertas y no te ha faltado abrigo ni paraguas ni te ha sobrado nada, pues, mira, hasta te sientes feliz.
Me paso a «encamarar», que (porque tú dices que existe y con eso me basta), si he de decir la verdad, me lo encuentro por ahí y mucho tendría que ayudarme el contexto para no pensar que era una errata por «encaramar».
En cuanto a «venturo», yo ya lo he usado como pábulo en un «club» de estos que abundan para que las personas mayores mantengamos la mente activa. La pregunta iba de poner palabras que hubiéramos aprendido o escuchado recientemente y cuyo significado desconociéramos antes. No la había oído nadie.
En fin, es normal, pero estamos perdiendo palabras con solera para introducir otras que sí, que están bien, pero que no son lo mismo.
Bueno, tengo a la cabalgata de Reyes pasando por delante de casa y llevan una «batukada» de pajes que está atronando la calle. No os podéis imaginar el ruido que hacen, pero, eso sí, es inevitable mover los pies al ritmo que llevan.
Que tengáis buena noche de Reyes.
Un abrazo a todos.