Hola, buenas:
Cuando hace unos días Milord (¿o deberíamos llamarlo Ourlord? je, je) escribió la entrada «Ineluctable» comprendí que acababa de crear una sección dedicada a traer y comentar en este blog palabras o acepciones de palabras que son poco usuales aunque la Academia las mantenga en su diccionario como de uso normal y generalizado.
Hay tantas, que podríamos convertir este sitiio en un blog monográfico, pero eso no es, naturalmente, lo que queremos. Por ese motivo, antes de plantear yo un asunto de este tipo (en la entrada siguiente) he dejado pasar más de una semana desde la citada intervención de Milord, a fin de que, como digo, haya variedad de temas en este blog.
Se trata de algo subjetivo, obviamente, ya que cada uno de nosotros tiene su propio léxico, de manera que lo que para unos resulta desconocido, para otros puede ser algo archisabido, y probablemente será a la inversa en otros supuestos. De todo modos, para exponer casos de esta índole hay que ser valiente (como yo 🙂 ) porque hay que comenzar por hacer públicas nuestras lagunas idiomáticas.
Buenos días:
Estaba yo leyendo el periódico y al llegar a la sección de «Sucesos» (que todo hay que leerlo) me vino a la memoria aquella visita guiada que hicimos al Monasterio (o Abadía) de Alcobaça, de la que guardo una pequeña anécdota que voy a contar rápidamente:
El guía turístico era un hombre portugués de mediana edad que hablaba un español francamente envidiable. Sin embargo, en varias ocasiones utilizó la palabra suceso para referirse a hechos que habían sido muy favorables, que habían tenido excelentes resultados.
Al terminar, con mucho tacto para que no se molestase, le aconsejé que en esos contextos en vez de suceso utilizase la palabra éxito; y después de una pequeña explicación que él entendió perfectamente, me agradeció la corrección.
Era comprensible que utilizase la palabra suceso –pensé– puesto que, como sabéis, éxito es success en inglés, sucesso en portugués, succès en francés, etc.
Pero no se me quita de la cabeza que si el guía portugués hubiera tenido a mano en aquel momento un ejemplar del DRAE, el alumno (que era él) habría hecho que el maestro de ocasión (que era yo) se pusiera colorado como un tomate delante propios y extraños. ¡Uf!
Así es, porque en el antiguo DRAE y también en el DLE, entre otras acepciones de suceso, figuran esta dos:
suceso
1. m. Cosa que sucede, especialmente cuando es de alguna importancia.
2. m. Éxito, resultado, término de un negocio.
¡Mamma mía! ¡Quién lo iba a pensar! Entonces… no sé, pero yo creo que aquí hay algo que no cuadra. Sí porque, aunque yo no sea un buen referente, me parece extraño que nunca me haya topado con la palabra suceso como sinónimo de éxito. Jamás. (Claro que también puede ocurrrir –lo admito– que mi léxico sea «manifiestamente ampliable»).
Sin embargo, una vez más el diccionario Espasa-Calpe me va a echar una manita, ya que en la edición de los años cincuenta figuraba suceso efectivamente como sinónimo de éxito, PERO en la edición actual esa acepción ha desaparecido. Por algo será. Pasen y vean:
suceso
1. m. Lo que sucede cuando reviste cierta importancia: su visita oficial ha sido el suceso más destacado del año.
2. m. Hecho desgraciado o delictivo: siempre lee la crónica de sucesos.
(Y no hay más acepciones).
Y con este apoyo ya tengo la fuerza moral para opinar que la segunda acepción del DLE debería si no eliminarse, al menos llevar la marca indicativa de que está en desuso.
¿Qué opináis vosotros?
Un abrazo.
P. D.: Sé perfectamente que esta cuestión la podía yo haber planteado en dos líneas, en vez de en esa larga parrafada. Pero he preferido extenderme con ese relato para que se vea que una corrección en el diccionario no es sólo una abreviatura de color azul que se pone delante de la acepción y ya está, y que ahí se queda por si alguien la lee algún día. No, es algo que afecta a nuestro modo de comunicarnos.
Buena tardes:
Para el cajón de las probables acepciones desusadas, hoy traigo la palabra costa, que por cierto en estos días la estarán pronunciando muchas personas, lógicamente, y así va a seguir durante todo el verano.
Estos hallazgos suelen aparecer por casualidad, de rebote, como ha ocurrido en este caso. Sí porque resulta que hace un par de días, cuando puse la radio estaban emitiendo un programa de viajes y en ese momento un locutor español dijo que se encontraba nada menos que en la región chilena de la Araucanía (¡hala!… ahí al lado: donde don Alonso).
Este viajero español estaba entrevistando a una persona de la ciudad de Villarrica, que está situada a orillas del lago del mismo nombre, mientras ambos paseaban –dijeron– por la costanera. Seguro que nuestro amigo Chileno habrá visitado más de una vez esa fantástica región.
Por la morfología de la palabra costanera se intuye que alguna de sus acepciones va a tener relación con la costa. Casualmente, yo conocía el significado de esa acepción porque ya la había buscado en su día en el DRAE; y eso fue la primera vez que oí esa desoladora canción del argentino Leonardo Favio, titulada Ella ya me olvidó (clic).
Y esta es la acepción a la que me refiero:
costanera (DLE)
4. f. Arg., Bolivia., Par., Ur. y Ven. Avenida o paseo que se extiende a lo largo de una costa.
Bien, pues lo primero que se observa en esa definición es que falta incluir, por lo menos, a Chile. (A ver qué opina Chileno al respecto). Y que conste que sería la enésima vez que encuentro que falta la marca de algún país de América Latina en una definición del DLE. Da la impresión de que no son muy rigurosos en ese aspecto.
Por otro lado, para asegurarme de que esa avenida junto a la costa podría referirse un paseo marítimo y también a un paseo lacustre (como es el caso de Villarrica), lo consulté en el DLE y me dio buenas noticias.
Tan buenas que yo creo que hasta se pasó algún pueblo. Lo digo porque a mí no me sonarían bien frases como (cambiando un poco el dicho) la siguiente:
Valladolid es una ciudad que está asentada en la costa del Pisuerga.
Es decir que nunca he oído llamar costa a la ribera de un río.
costa (DLE)
1. f. Orilla del mar, de un río, de un lago, etc. y tierra que está cerca de ella.
Y veamos ahora qué dicen otros diccionarios:
El diccionario Clave dice que costa es: «Orilla de un extenso lugar con agua, esp. el mar».
En cambio, para esa acepción, el DUE, el Espasa-Calpe y el Santillana consideran que costa es, solamente, la orilla del mar.
¿Y qué opináis vosotros? Me refiero a la palabra costa concretamente, porque como he hablado de tantas cosas… (Es un vicio).
Un abrazo. Que seáis buenos y sobre todo que estéis buenos.
Pero antes de marcharme voy a poner en el rincón de la clase, cara a la pared y con los brazos extendidos y cargados de libros, al diccionario de español de Larousse, por su definición de costa:
costa
(Del lat., orilla, lado, costado)
1. Conjunto de gastos que origina un proceso judicial y que una de las partes litigantes puede haber asumido.
(No hay más acepciones).
Buenas tardes:
«¡Pucha, qué sorpresa!»
Aprovecho el ejemplo que cita el Espasa-Calpe en la definición de esta interjección (por ahorrar neuronas, que ya escasean) para expresar que me han dejado muy pensativo las dos acepciones de este vocablo:
Pucha
interj. amer. Indica sorpresa, disgusto, rabia: ¡pucha, qué sorpresa!
Y queda muy claro (meridianamente, je je) que en España no se utiliza.
Bien, pero es que el DLE dice lo siguiente al respecto:
pucha
1.
2. interj. U. para expresar sorpresa, disgusto, etc.
Ea, el dilema está servido: ¿Se utiliza o no se utiliza en España? ¿A cuál de los dos hacemos caso?
Consultemos, pues, un tercer diccionario, el DUE, y a ver qué nos dice doña María:
pucha
interj. Chi., Perú, R. Pl.; inf. Se usa para expresar sorpresa, asombro, disgusto, etc.
Entonces, parece que la conclusión es que el DLE debería haber indicado las marcas que corresponden a los países que realmente utilizan esta interjección, y ello por dos motivos: primero porque acaba de perder este partido entre diccionarios de 1ª División por 2 a 1; y segundo porque (corregidme si me equivoco) juraría que no se oye por ninguna parte esa interjección con el sentido de sorpresa y demás en labios de españoles.
De todos modos, si es que se está empezando a utilizar aquí un poco, debido a la influencia de los inmigrantes, debería el DLE indicar, al menos, «p. us.». No sé qué opinaréis vosotros.
Pero lo que más me ha sorprendido de esta palabra es el significado que le da el DLE como primera acepción (que antes la omití adrede, je je), y que es la siguiente:
pucha
1. f. puta.
Y como se ve, la establece con todas las de la ley, es decir que no indica que el término sea poco usado, ni que se trate de un localismo, ni que sea un eufemismo, ni ninguna otra particularidad. Así que, como yo no conocía esta acepción, disculpad mi pesadez pero os tengo que volver a pedir vuestros sabios comentarios en este sentido.
Un abrazo.
O sea que esa expresión tan vulgar y tan extendida, que se utiliza ahora para indicar que algo es muy bueno o que algún asunto ha salido a las mil maravillas, se podría suavizar un poco (porque aunque no tiene intencionalidad, suena fatal) si la cambiásemos por «¡De pucha mamá!».
Y ustedes perdonen.
——
EDITO:
Por si os pasáis estos días por Argentina, es muy importante, crucial, que os informe de que allí sólo se emplea esa interjección en caso de disgusto (bueno, digamos que de disgustillo):
Diccionario CLARÍN:
pucha interj COLOQUIAL Se usa para expresar desagrado o irritación por algo: ¡Pucha! De nuevo se cayó Internet. / Pucha, se me fue el colectivo. la pucha digo interj COLOQUIAL Se usa para expresar enojo o irritación por algo: La pucha digo, cada vez que pongo un pie en la calle se larga a llover.
¿Viste vos?
Muy buenas noches, Robin y todos:
Qué bien que hayas revivido esta entrada tuya. No he usado nunca pucha, Robin. Esto es lo que dice el Clave:
Así que puede que en alguna zona de esos sures maravillosos algunos lo empleen habitualmente.
Tienes toda la razón en que la inmigración y la globalización general tienen gran influencia en nuestro idioma. Ahora mismo yo no tengo tanto trato diario y directo con hispanohablantes de otros países, con lo que pienso que pudiera ser que sí, que si no es ahora, en el futuro hagamos nuestro ese pucha.
Me ha encantado ese descubrimiento tuyo —para mí totalmente nuevo, de que pucha puede significar puta—, que sí se podría emplear como eufemismo, y, de esta forma, yo te diría: ¡De pucha madre, Robin!
Un saludito.
Hola, don Robin y compañía:
El mundo de los diccionarieros (los que hacen diccionarios) es apasionante, sobre todo cuando encuentran un término sin papeles y tienen que ajustar su definición a usos locales. Y cuando digo sin papeles, quiero decir sin papeles. Porque si se supiera de dónde sale «pucha» se podrían justificar sus derivados. ¿Creen ustedes que una puchada es lo mismo que una putada? Quiá. Miren, miren.
Buenas noches. Felicidades por el hallazgo, Sr. Robin. Recuerdos a mi amigo Will.
Hola a todos, especialmente a Blasita, nuestra querida anfitriona.
En Chile, pucha es un eufemismo para no decir puta….
Por ejemplo puta madre, por qué no hicieron esto? etc… y que se abrevia solo a «pucha», aunque si decimos «pucha, madre, por qué no hicieron esto?»
Parecido a Pucha, mamá, por qué hicieron esto?
Puchada? no. Y creo que no se entendería.
Se usa tanto para disgusto como gusto.
Pucha que rico, me saqué la lotería (ojalá!!!!!!!!!!!!!!) (Los iría a ver en vivo!) 🙂
Un saludo navideño y un abrazo para el año nuevo para cada uno y todos los blasiteros, así como besos también.
Que lo pasen muy bien y esperemos que el próximo año mejoren las cosas para todos.
chileno. (Hernán)
Hola a todos:
Querido Hernán (Chileno), por mi parte —siento irrumpir de esta forma en tu entrada, Robin—, muchas gracias por tu interesante y entrañable comentario. Cada vez me gusta más pucha como eufemismo. Ojalá algún día te lo podamos oír en persona. 🙂
¿Hacemos lo mismo que con hispir y extendemos su uso aún más? Yo ya me he puesto manos a la obra.
Te devuelvo tus buenos deseos para el año venidero y todo lo mejor para ti y los tuyos, Hernán.
Abrazos.
Tú sabes que cuando quieras me mandas un mensaje por Skype y te contesto casi inmediatamente por que lo tengo en el celular… 🙂
Por otro lado me llamó la atención sobre ese hispir . De que se trata?
Saludos y abrazos.
Gracias, Chileno.
Cuando puedas, echa un ojo al último crucigrama de Robin y verás de qué va ese hispir. 😉 Y aquí en el DLE.
Cariños.
Buenas noches:
Gracias, Blasita, por tus interesantes intervenciones y gracias, Chileno, por la clara información que nos has dado acerca de la utilización del término pucha en tu país. Y aprovecho para desearte también que pases unas felices fiestas. 🙂
Es curioso que estando tan pegaditos los dos países, es decir, teniendo Chile 5.000 km de frontera con Argentina, en este país no se le dé también a pucha el signficado de puta, como se desprende de lo que indica el diccionario argentino Clarín. Aunque… claro (je), se explica porque la barrera de los Andes es mucha barrera.
En esta página del Wiktionary he visto que hay una referencia de este uso en España que data de 1514. Aparece la expresión ¡Hy de pucha! en una obra del dramaturgo español Lucas Fernández. Pero también se dice en la misma página que esa acepción está en desuso.
En resumidas cuentas, yo sigo pensando que la primera acepción de pucha, que figura en el DLE como de uso generalizado, debería acotarse con marcas que definieran realmente los lugares y la época de su vigencia.
Un abrazo.
(¡Pucha, si ya es más de medianoche…!).
Hola Robin:
Puede que de allí venga, circa 1500, pero nadie lo ocupa así y no creo que en Argentina alguien lo use así….yo creo que a ese diccionario le falló explicar que era una expresión en desuso o de que era un eufemismo. Y si lo pensamos mejor, quizás en España en esa época también era un eufemismo.
Los hispanos en general somo así…nos gusta el uso de eufemismo.
En Chile por lo menos.
Ah chucha = hallulla (pan) (https://www.youtube.com/watch?v=Ki_N1-I9-Bg)
mierda = miércoles
etc. 🙂