Hola, buenas:
Cuando hace unos días Milord (¿o deberíamos llamarlo Ourlord? je, je) escribió la entrada «Ineluctable» comprendí que acababa de crear una sección dedicada a traer y comentar en este blog palabras o acepciones de palabras que son poco usuales aunque la Academia las mantenga en su diccionario como de uso normal y generalizado.
Hay tantas, que podríamos convertir este sitiio en un blog monográfico, pero eso no es, naturalmente, lo que queremos. Por ese motivo, antes de plantear yo un asunto de este tipo (en la entrada siguiente) he dejado pasar más de una semana desde la citada intervención de Milord, a fin de que, como digo, haya variedad de temas en este blog.
Se trata de algo subjetivo, obviamente, ya que cada uno de nosotros tiene su propio léxico, de manera que lo que para unos resulta desconocido, para otros puede ser algo archisabido, y probablemente será a la inversa en otros supuestos. De todo modos, para exponer casos de esta índole hay que ser valiente (como yo 🙂 ) porque hay que comenzar por hacer públicas nuestras lagunas idiomáticas.
Hola, Robin:
Me parece una excelente idea y, como ya he dicho en tu primera entrada sobre este tema, estoy de acuerdo en que el DRAE debería actualizarse con el uso de más marcas «poco usado» (o incluso de «en desuso/desusado»). Lo que se dice en las «advertencias para el uso del diccionario» es esto:
· Acepciones con la marca poco usado («p. us.»), todavía empleadas después de 1900, pero cuyo uso actual es difícil o imposible de documentar. En este caso, la marca puede responder, más que a un criterio estrictamente cronológico, a otro de frecuencia de uso.
Decir que estas eran las advertencias para la anterior edición (la 22.ª) porque en las de la actual no he podido encontrar nada al respecto.
Habría que saber cómo se establece exactamente que la frecuencia de uso es tan mínima como para incluir ese «poco usado» en el DRAE. Supongo que se hablará con las asociaciones de la lengua de todos los países y que se consultarán distintas fuentes escritas y orales. Digo yo.
Y sí, a mí me pareces un valiente. Espero que haya más valientes por ahí que también den su opinión sobre este tema y que nos ofrezcan más ejemplos de este tipo.
Saluditos.
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Gracias, Blasita, po tu estupenda información.
Gracias también por lo de valiente, pero que conste que el primero que saltó a ese ruedo fue Milord con la palabra «ineluctablemente».
Al lord, lo que es del lord. 🙂
Saludito.
Gracias ti, Robin.
Claro que sí, es que Milord es mucho Milord …
Que tengas muy buena noche.
¿Ein? ¿Alguien habla de mi? Pues miren lo que les traigo ahora, que seguro les va a gustar:
¿Conocían los significados raritos de la palabra «alcohol»? Ya saben, eso que se echa al algodon para desinfectar y esas cosas. Como máximo, también, lo que por extensión se conoce que se le añade a la cocacola para darle un poquito de vitaminas. Pues bueno, la cuarta acepción que le concede el DRAE es sinónimo de «galena», ni más ni menos que el mineral del que se saca el plomo. Toma ya. Pueden ustedes decir tranquilamente de ahora en adelante que el plomo se saca del alcohol. ¿Pasa algo? Pero el más interesante, y relacionado con el que acabo de decir, es el significado de su quinta acepción, vayan a verlo: polvo de color negro con el que se adornan los ojos mujeres u hombres según culturas. ¿Y saben el porqué de esta curiosidad? Porque «alcohol» es palabra de origen árabe, igual que «khol», de la que es hermana etimológica. Y «khol» es el genuino polvillo cosmético ese. ¿Y saben qué? Pues que se hace a base de galena. ¡Hay que ver!, el círculo se cierra. ¡Hay que ver!, las cosas que se aprenden en este pedazo de blog de doña Blasita.
Reciban todos ustedes mis más respetuosos saludos.
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Muy sabia e interesante aportación, Milord. Sí señor, tal como usted preveía, nos ha gustado. Muchísimas gracias.
Hay que ver la cantidad de sorpresas que nos da el DRAE cuando entramos en páginas que nunca habíamos abierto porque el significado de los vocablos en cuestión –¡bah!– lo conocíamos sobradamente; mejor dicho, que creíamos que conocíamos. Así es. Pues a eso lo llamo yo una cura de humildad.
De todos modos, convendrá conmigo, dilecto Milord, en que al menos la acepción relativa al afeite debería llevar la marca «p. us.«. Lo digo no porque yo sea un entendido en cosméticos sino porque otros diccionarios no recogen esa acepción en sus ediciones actuales y, sin embargo, sí la recogían en ediciones de hace algunos años.
Y en lo que respecta a la tercera acepción, la que se mezcla con la colacola, ya saben que hay que consumirla con moderación. 🙂
Saludos cordiales.
No recuerdo dónde lo leí:
«La diferencia entre un borracho crónico y un alcohólico es que el borracho no tiene que asistir a todas esas reuniones».
Muy buenas noches:
Vengo yo ahora con algo que, más que una acepción poco usual, diría que se trata de un significado de un término que parece no emplearse en ningún lugar. Fijaos en la segunda acepción de riscar:
riscar.
(Del lat. resecāre).
1. tr. Cortar, hender, agrietar.
2. tr. Arriesgar, aventurar.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados
Todavía aparece de esta guisa en la 23.ª edición del DRAE. Creo que sería perfecto para otra nueva entrada titulada «Palabras y acepciones no usadas (pero incluidas en el DRAE)». Hace cuatro años me decidí a hacer una consulta a la RAE sobre este tema. La dejo por aquí. Espero que lo encontréis interesante.
En relación con su consulta, le remitimos la siguiente información:
Riscar como ‘arriesgar, aventurar’ es probablemente variante dialectal de arriscar, voz que figura en el diccionario académico desde Autoridades, donde se definía como ‘poner en peligro, riesgo y aventura, alguna cosa o persona’. Es incorporación reciente al DRAE, de 1970, si bien no es fácil documentar este uso. Los diccionarios regionales localizan en Palencia y León varios significados relacionados con los riscos o montañas. Es curiosos que sea también en 1970 cuando se incorpora al DRAE la voz risca, ‘grieta, hendidura’ en Santander y ‘risco, peñasco’ en Andalucía, a la que el paréntesis etimológico relaciona con riscar, como también se hace en el de risco, que hasta la edición de 1970 se hacía descender del latín resecare. Se trata, por tanto, de un grupo de voces relacionadas en su etimología, forma y significado, y ello entendemos que favoreció la inclusión de riscar, que es, por otra parte, el resultado de la evolución patrimonial de resecare. En el correspondiente artículo se incluyó además la acepción que definía el uso de la voz equivalente a en uno de los escasos ejemplos de documentación textual de la palabra, el refrán Quien no risca, no prisca, que figura en el banco de datos CORDE, en dos textos paremiológicos del siglo XVI (Libro de refranes de Pedro Vallés y Refranes o proverbios en romance de Hernán Núñez). Este refrán así formulado es variante de Quien no arrisca, no aprisca (en el Diálogo de la lengua de Juan de Valdés, 1535-36) que enseña que, para conseguir lo que se apetece, es menester arriesgar algo, como decía de él el DRAE de1956.
En definitiva, a pesar de lo que indica el DRAE, riscar por arriesgar no es hoy un uso perteneciente a la lengua estándar. Es probable, no obstante, que por influencia del francés risquer o del inglés to risk, se revitalice su empleo como calco, en zonas de influencia moderna de dichas lenguas. Lamentamos no pder ahondar más en la cuestión quen os plantea, pues ello supone contravenir el sentido y normas de nuestro servicio, cuya misión es resolver dudas concretas relativas al uso normativo del español.
Reciba un cordial saludo.
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Departamento de «Español al día»
Real Academia Española
Buen fin de semana para todos.
Hola, chicos:
A mí también me ha gustado mucho todo lo que Milord nos ha hecho ver de la palabra “alcohol”. No tenía ni idea de que existía el “kohl” o “kohol”, ni mucho menos que lo usaran para pintarse la cara en algunas culturas.
Pero como la vida está llena de casualidades, unas horas antes de que Milord nos contara todas esas cosas estuve yo en el súper observando a una mujer árabe que portaba la cara, desde la nariz a la barbilla, partida en dos por una raya negra. Bereber o beduina. Me pregunto ahora algo que antes habría pasado por alto: si la tal raya sería un tatuaje o estaría pintada con kohl.
Buenas noches a todos.
Levógiro
¿En una conversación de ir por casa, habéis utilizado en alguna ocasión este adjetivo en lugar de la clásica perífrasis «que gira en sentido contrario de las agujas del reloj»?
Yo no, pero de ahora en adelante ya no estoy tan segura.
Desempolvando recuerdos.
Quien no risca, no prisca es un refrán que oí de boca de mi padre ─para ampliar la zona de uso, él procedía de un pueblo de la Hoya de Buñol, al oeste de la provincia de Valencia─ en muchísimas ocasiones, por lo que el verbo no me resulta extraño. Pero aparte de ahí creo que no lo he usado en ninguna otra ocasión. Tampoco «priscar» ni «apriscar».
Buenas tardes. No temáis: soy un ser humano. 🙂
Se os agradece las nuevas aportaciones, Blasita y Madri.
Riscar… riscar… pues, francamente, admito que nunca la había oído, Blasi. Pero tomo nota de la respuesta a tu oportuna consulta. (Yo creo que en la Academia ya te temen. 🙂 ¡Pues duro con ellos!).
En cambio, «levógiro» sí me resulta conocida porque se usa mucho en ingeniería. Por ejemplo para indicar que un engranaje gira en un sentido (levógiro) o en el sentido contrario (dextrógiro).
O sea que se puede considerar que es una palabra técnica y que en el habla corriente no se usa en absoluto, ni siquiera en lo libritos de «desinstrucciones» de todas esas cosas que compramos desarmadas. Así que yo creo que está muy bien traída, Madri. Y es verdad: si la utilizas vas a ahorrar mucha tinta porque es una palabra que suple a ocho o diez juntas.
Y una preguntita para terminar: ¿Os habéis topado alguna vez con las palabras cuento y bicuento con el sentido de millón y billón? (Es que, desde mi patética ignorancia, su uso lo encuentro hasta poco serio: El premio del gordo de la Lotería Nacional será de diez cuentos a cada serie).
Saludos cordiales.
Gracias por vuestros comentarios sobre riscar, Robin y Madri.
Fíjate, Robin, el caso es que sigo sin entender por qué no la han borrado del mapa draeconiano. Recuerdo que en su día rellené también el formulario del UNIDRAE para comunicar esa «incidencia» y ayudar a mejorar el Diccionario. Está claro que siguen apostando por esa acepción.
Madri, quizás sea por su uso en ese refrán. No conozco los criterios exactos que sigue la RAE en este sentido. A mí personalmente no me parece que el uso de una acepción en un refrán que se usa(ba) en algún lugar sea suficiente para su inclusión en un diccionario como el DRAE (como se dice, un diccionario de uso) y sí que creo que esa acepción tendría que haber sido retirada o, al menos, haberle puesto la marca de «poco usada».
Un abrazo.