Buenas tardes amigos:
Os presento un asunto que me tiene comida la honrilla.
Esta vez es cortito. Se trata de analizar sintácticamente la expresión que va entre los signos de exclamación: ¡Oye tú!
Ante expresiones como estas: ¡Oye tú!, ¿adónde vas?, «Oiga usted, ¿qué hace?», ¿pensaríais que ¡Oye tú! y «Oiga usted!» son oraciones en modo imperativo (verbo + sujeto) o locuciones interjectivas, de las que se usan para establecer contacto con alguien o para captar la atención de nuestro interlocutor?
Me refiero a interjecciones impropias, como las que aparecen en el título, de esas que funcionan realmente como interjecciones, pero proceden de palabras con otra categoría gramatical. Mi duda parte de que cuando yo las digo ni se me pasa por las mientes que pueda estar usando realmente un imperativo.
Ya he hecho la pregunta al ENCLAVE, pero me han dejado igual que estaba. Bueno, peor. Vean:
Quedan fuera de nuestros límites, por tanto, cuestiones de índole teórica, disquisiciones sobre historia de la lengua, etimología o tipología lingüística, así como el análisis morfosintáctico de secuencias que no planteen problemas normativos.
¿Y si plantean otro tipo de problemas, como a mí?
Menos mal que tenemos el Café.
Un abrazote.
Hola:
¡Ay de mí! Menuda preguntita, Madri.
Creo que la terminología es uno de los campos en que hay más variedad y que está más abierto a debate. Yo también voy a ser breve. En los ejemplos que tú presentas, no vería estos marcadores discursivos o conversacionales como imperativos; en todo caso, ¿como imperativos retóricos? Mi razonamiento sería que no se insta realmente a que el oyente realice una acción, es decir, no se pide que se le oiga o mire, por ejemplo, sino que son una forma expresiva de atraer de atención, una introducción que no añade significado al verdadero mensaje.
Actualmente me inclino a tomarlos como interjecciones o, en última instancia, locuciones interjectivas. La mayoría son verbos de percepción que pueden ir seguidos o no del correspondiente pronombre personal. El imperativo de un verbo puede dar lugar a más de una interjección sin implicar que las interjecciones dejen de ser palabras invariables; de esta manera, estas interjecciones permiten variación en la segunda persona (mira, mire, mirad, miren). En resumidas cuentas, me quedo con la simple interjección, más o menos lexicalizada.
Como nota aparte, me gustaría destacar que en mi uso, independientemente de la entonación, estos marcadores suelen introducir informaciones o advertencias de carácter negativo. Por ejemplo, Mire usted, la cola acaba allí; Oye tú, a mí no me digas cómo lo tengo que hacer.
Muchas veces nada es blanco o negro, sino todo lo contrario. 🙂 Recuerdo haber leído algo de este tema en la NGLE, pero no he podido buscarlo. Espero que, como primera incursión, valga de algo.
Un saludote.
Querida Blasita:
¡Vaya (otra interjección) que si vale! Es justo la respuesta que estaba necesitando. Tengo la mala costumbre de meterme en charcos y en esta ocasión estaba manteniendo un tira y afloja con un equipo de personas que estaban (y seguirán estando, supongo) a favor de la oración en imperativo. Por si fuera poco, la Fundéu vino a poner la guinda con una respuesta como esta a la pregunta que les planteó uno de los participantes:
El participante insistió, para matizar. Y de nuevo la respuesta de la Fundéu:
El punto 30.12e de la NGLE dice:
También tratan este asunto en otros artículos de la NGLE, pero siempre en la misma dirección. Podemos verlo también en la página 312 de la OLE, art. 3.4.2.2.1.2 sobre interjecciones.
No estaba segura de haberlo interpretado bien, pero ahora me reafirmo en mi postura. ¡Muchísimas gracias, Blasita!
Eso sí, con esta respuesta, la Fundéu ha perdido si no mi confianza, sí mi fe en ella.
Muchísimas gracias de nuevo, querida Blasita.
Un abrazo muy especial.