Hello once again!
So, it seems I have this obsession with directions and where things are located. (see kitty cornered)
I am looking for the correct way to express:
Las Ramblas is a north-south street. It runs north-south.
Picture this:
I was in Barcelona and Las Ramblas was the street that was my reference point. Although this is not exactly correct, I told myself that it ran north-south and thus divided the city into an eastern side and a western side. I did this with another street which ran east-west and thus the city was very easy to get around in and I never got lost. (Well, except for the myriad of winding streets and alleyways everywhere…)
Would something like this work?
Las Ramblas está orientada norte-sur. Va norte-sur.
Is there a better way?
Is this done differently in different Spanish speaking countries?
Hello Gerardo!
It’s great to see you around here again.
I’d say: Las Ramblas va de norte a sur. I’m sure there are more ways of saying it. Personally I wouldn’t use «está orientada» in this case.
Anyway, we don’t usually give directions or talk about streets that way in Spain. I know it’s more common over there.
Un cordial saludo.
Hello Igbent,
Many thanks for your response.
Yes, as you suspected it is a common way of talking about streets and directions here. Many cities are built (for the most part) with streets that intersect each other at right angles and form a grid. This makes it fairly easy to find your way around and to find any particular address on any particular street. It is also what makes visiting, for example, the barrio gotico of Barcelona, with its winding maze of narrow streets, and similar sections of other Spanish and European cities so fascinating — to me, at least.
The version I gave in my original post was something I saw a native Spanish speaker from South America use in a related context. I was just wondering if it was universally used and/or understood.
Many thanks again.
Thank you, Gerardo, for asking such interesting questions.
Yes, it would be understood. But, as I mentioned earlier, I wouldn’t use «estar orientado» in this particular case. I can say that about e.g. a house: Mi casa está orientada al noreste, etc. And Va norte-sur seems to me to be just a shortened way of saying Va de(l) norte a(l) sur.
Let’s see what others say.
Buenas tardes, Gerardo:
Las vastas extensiones de mis propiedades las tengo ordenadas por carreteras que forman cuadrícula. Las paralelas que discurren de norte a sur están rotuladas con números impares, y las perpendiculares -las que están orientadas este/oeste- tienen números pares.
Espero le sea de su interés.
Reciba un afectuoso saludo.
I think that in Ancient Roman cities, La Rambla, a main north-south street, would have been the Cardo maximus
To avoid confusion ;-).
And that’s all. I don’t know why we’ve got out of the habit.
Please, excuse my broken English. Thanks.
Muchas gracias por los comentarios, Milord y Madri!
Buenos tardes, Gerardo:
En el caso que planteas, yo también diría que la Rambla VA de Norte a Sur. Pero como dice Blasita, nosotros no solemos expresarnos de ese modo para situarnos en las ciudades. En este sentido he de decir que a mí siempre me ha sorprendido la facilidad que tienen para orientarse en otros países, como Estados Unidos (lo cito por lo que veo en las películas). Y más que para orientarse, para estar en todo momento orientados, ya sea de día o de noche, en cualquier punto de una gran ciudad. (En el campo o el la mar, ya es otra cosa).
Cuando Harrison Ford en la película «El fugitivo», pongamos por caso, escapa in extremis de aquel hospital plagado de policías, me quedé pasmado cuando oí que uno de los agentes, situado en la parte alta del edificio, gritaba a sus compañeros por el transmisor: «¡Kimble va corriendo por la plaza en dirección suroeste!» (¡¡¡¡).
No es que los españoles no sepamos orientarnos. Cuando es necesario, lo hacemos. Por ejemplo, cuando vamos a comprar o a alquilar una vivienda (que aquí, en Andalucía, es muy conveniente que esté orientada al Sur). Pero son casos muy concretos. Nosotros –los urbanitas– no solemos mencionar en nuestras conversaciones los puntos cardinales: no es costumbre.
Un ejemplo sin ir muy lejos, incluso sin salir de esta casa, que es la tuya 🙂 : Yo vivo en una urbanización que, si miramos el plano de la zona, veremos que se encuentra a la izquierda de la ciudad. Bien, pues te aseguro que jamás he oído decir a ninguno de los innumerables vecinos que tengo aquí, que su vivienda esté al Oeste de la población. Nunca.
Con esto, no quiero que parezca que desdeño esa facultad de orientarse que tienen otras personas como tú mismo o como Milord. Todo lo contrario, para mí es un motivo de admiración. Que conste en acta. 🙂
Es normal, Mr. Robin, usted vive en el Aljarafe. Cualquiera de su entorno, con las pistas que ha dado, localiza su vivienda sin más referencias. (¿Espartinas? ¿Bormujos, quizás? No me diga que Gines, por Dios, que ahí muero). Si le pregunta a cualquiera de sus vecinos en cualquier momento de cualquier barbacoa de cualquier fin de semana dónde está el norte, se quedarían con cara de desnortaos, alelaos todos. Y es porque vive usted en el Sur; aquí nos entendemos con el to parriba o el to pabajo.
Y es verdad lo que dice. No sé si será cuestión de doblajes o de auténtica idiosincracia local, pero siempre me ha maravilado, como a ud., que la poli en las pelis supiera del tirón que el malo «escapa hacia el norte en un sedán azul del 64 por la 32.» ¿Llevan brújula en los patrulleros esos tíos? Aún más: ¿reciben en la academia cursilos para conocer desde lejos en qué año se fabricó cualquier coche? E incluso, ¿de verdad de verdad que se conocen al dedillo el callejero de una superurbe como Chicago, un poner, que saben sin dudar el número -que no nombre- de la calle? Pues eso, o es leyenda cinematográfica o de verdad hay ciudades en donde el desarrrollo urbanístico, moderno a la fuerza, se ha desarrollado mediante un patrón simple de calles rectas paralelas que se cruzan ortogonalmente. Unas orientadas al norte/sur y las otras perpendiculares al este/oeste. Como dice doña Madri, ya los romanos implementaron ese esquema en las ciiudades que fundaban, basado en dos vías primarias que se cruzaban para formar en el centro el corazón de la villa. El Cardo Maximus, de dirección norte/sur, y el Decumanus Maximus, orientada este/oeste. Después, con los años, la ciudad crecería como a Dios le vino en gana, pero aún pueden reconocerse en grandes capitales españolas de origen romano el rastro de aquellas vías principales.
Pues bien. Ese esquema ortogonal fue exportado por decreto muchos años después a las ciudades que fueron fundando los españoles en los territorios americanos que iban colonizando. Cosas de Felipe II y eso. Los Ángeles, San Diego, San Francisco, o cualquier ciudad estadounidense con nombre de la casa tiene un casco antiguo cuadriculado. Si la orografía de la capital lo permite, es la forma más lógica y simple de crecer. Pero eso no se lo cuente usted a urbanitas descendientes de culturas muy anteriores que construían las ciudades a golpe de callejuelas que se conformaban por acumulación desordenada de viviendas de adobe y cal. En mi ciudad hay una calle de apenas cien metros que se llama «Siete revueltas». ¿Piensan que es recta?
Reciban todos ustedes un afectuoso saludo.
Pues yo no sé si la pequeña ciudad en la que trabajo siempre fue así, desde su fundación en el siglo XXVIII, o si la convertimos nosotros mismos, luego de una labor sistemática, en un intrincado laberinto de calles y callejuelas que no llevan a ninguna parte, que se muerden la cola como un uróboros, y la verdad es que cuando estoy aquí no solo no sé hacía donde queda el norte o el oeste, sino que ni siquiera logro aprenderme el flechado de las vías, que por cierto lo cambia el alcande o el funcionario dios de los flechados cada dos días o menos, según le va provocando. Me he perdido varias veces incluso utilizando el GPS, pues el pobre se queda recalculando y recalculando, y termina poniéndome a girar como un trompo y dejándome a merced de los fiscales de tránsito. No me quiero ni imaginar cómo harán los policías para planificar sus ataques o defensas, pues la tienen más cuesta arriba que Teseo.
Esta es una población que se abrió lugar entre las montañas, y su clima fresco y su cercanía de Caracas motivaron un fuerte éxodo y ahora una aterradora sobrepoblación que no se aguanta. Además, como no se planificó bien desde el principio, las personas construyen sus viviendas a lo loco, donde les da la gana o se los permite el bolsillo, a veces en unos voladeros de pánico que sinceramente me pregunto cómo hacen para dormir tranquilos, y las calles terminan convirtiéndose en caminos serpenteantes entre las casas que el azar va desperdigando aquí y allá.
En los terrenos planos y grandes, pensados desde un principio para que sirvan de soporte a una gran ciudad, queda muy bien la planificación ortogonal, pues aligerará el tráfico, mejorará la distribución demográfica y facilitará la orientación de sus sufridos pobladores. No hay nada como tardar apenas diez o quince minutos para ir al trabajo o a la panadería. Pero, hay otras ciudades que parecieran estar condenadas, parte por sus condiciones naturales y parte por la indolencia de sus gobernantes. Y supongo que este es un problema sin solución, porque nadie va a permitir que un tractor venga a derribar lo que levantó con tanto esfuerzo en una escarpada ladera. Al contrario, al aumentar la población el problema en las ciudades desordenadas y sobrepobladas se agudiza. Les van poniendo un nuevo piso a los ranchos por cada generación que va naciendo, consolidando la anarquía, y aquellos caminitos que parecen sacados de un cuento de Borges no paran de reproducirse aquí y allá.
Un saludo cordial. 🙂
Buenas tardes a todos:
Una batallita de las mías, que viene al caso.
Recuerdo que, sobre todo con up y down the street, siempre tenía problemas en Brisbane, Australia. Mi jefe, que era muy majo pero que tenía como pasatiempo disfrutar quedándose con la gente, descubrió un filón con este tema y conmigo. Las veces que tenía que ir a un sitio que no conocía, él se lo pasaba pipa «ayudándome» a encontrarlo. De hecho, creo que a menudo me mandaba solamente por ver cuánto tardaba en encontrar el lugar en sí siguiendo al pie de la letra sus instrucciones llenas de ups, downs y puntos cardinales. Cuando volé a Sydney —su ciudad natal—, me dio un sobre cerrado con varios must-go, must-see places, es decir, sitios que no puedes dejar de ir a ver. Me dijo que no lo abriera hasta que no estuviera en el avión, y eso ya me mosqueó un poco. En realidad no lo abrí hasta que no llegué al hotel. Contenía explicaciones enrevesadas de cómo llegar a cada uno de los sitios recomendados y que siempre acababan con una frase del estilo «¡Y ya estás allí!», «Y qué bonito es, ¿verdad?», etc., pero sin mencionar en ningún caso el lugar en sí.
Un abrazo.
Otra batallita que viene de más cerca, nada que ver con la de /lgbent y/ su antiguo jefe australiano, que se las traía.
Lo que voy a contar echa por tierra todas las teorías de la orientación porque se trata de la que tenía mi abuela. Después de haber vivido casi toda su vida donde nació a finales del XIX, los últimos años los pasó con nosotros lejos de su tierra natal casi sin salir de casa y sin abandonar un ápice de sus costumbres, tradiciones, lengua… Para ella, las cosas estaban /carrer amunt/ (calle arriba) o /carrer avall/ (calle abajo), y siempre fue así. Pero no había tal arriba ni abajo en nuestra calle, porque más plana no podía ser. Muchos años después, recordando con mis padres cosas de familia y, en especial, de mi abuela, me enteré del porqué de aquel arriba y abajo. Al oeste del pueblo de mis abuelos está la «muntanyeta de sant Antoni», con una ermita dedicada a san Antonio, lugar de devoción y romerías populares al que se llegaba, lógicamente, subiendo los 140 m que tiene de altura. Esta /muntanyeta/ era el punto de referencia para situar otros muchos lugares de los alrededores. Luego mi abuela asociaba la posición de la /muntanyeta/ con el oeste, /carrer amunt/, y al contrario, /carrer avall/. Mi calle transcurría efectivamente de este a oeste. Así de simple.
Un abrazo a todos.
Hola, Madri:
Sí, en los pueblos de Castilla era también bastante habitual lo de «calle arriba» y «calle abajo». No sé si aún lo será. Yo siempre me imaginaba que «calle arriba» era tirando para la iglesia —que normalmente estaba en lo más alto—, pero el problema venía cuando la calle era perpendicular a una de las calles que iban para la iglesia. Creo que, como decís, se establecen en bastantes casos asociaciones particulares y puede influir la perspectiva de cada cual.
Un abrazo.
What a joker your friend was Igbent!
Did you ever find out if you saw what he intended for you see?
Did he make a distinction between «up» and «down» the street. To me, they are simply a personal choice according to your own perspective — that is, they both can refer to the same direction depending on how you see it.
Exactly, Gerardo! Actually, I’ve come to the conclusion (after several years of going up and down ) that it’s as you say and there’s really no rule regarding up vs. down a street, road, etc., and most of the time people use it interchangeably. It might depend on the house numbering; if the numbers are ascending they could use «up the street», and if the numbers are descending «down the street». But some people can also use «up» for north and «down» for south. And, obviously, if the street is on a hill or that place is further uphill then you will use «up the street», and they’d say it’s «down the street» when they’re talking about something that’s downhill. Anyway, I found that «down» is much more common that «up».
Y sí, mi jefe era un cachondo mental (con perdón de la palabra). Buena gente, que esto es siempre lo más importante para mí.
Un besote para todos.