Soy conocedor de la mayoría de las problemáticas que hay en la Ciudad y en sus cinco barrios totalmente distintos entre ellos.
Estamos en plena época preelectoral. Lo que he citado es un párrafo de un panfleto que nos ha venido hoy a casa y que firma un concejal de un determinado partido que se presenta a las elecciones municipales del 24 de mayo. Hablamos de una población cercana a Madrid.
Me interesa principalmente lo siguiente:
—»Problemáticas», en plural. Entendería que son varios conjuntos de problemas. ¿No se emplea normalmente en singular? Entonces ¿se estaría simplemente usando de manera enfática o haciendo referencia explícita a diversos conjuntos de problemas existentes conocidos por el lector?
—No puedo evitarlo. A mí me echan atrás las mayúsculas innecesarias —Ciudad, Concejal, Candidatura, etc.— que se repiten en esta misiva.
—»En sus cinco barrios totalmente distintos entre ellos». Bueno, seguramente seré yo, pero suena algo raro. Enfático seguro, pero ¿acertado (en una comunicación así y sin más contexto)?
¿Comentarios, por favor?
Pues dejar constancia de la paupérrima formación de nuestros políticos de a pie. Y de la mediocre composición de los aparatos de sus partidos que son los que están tras sus actos. Un mensaje tan básico como ese que se pretende transmitir y que puede despacharse escasamente con una docena de palabras -«Conozco al detalle cualquier problema que afecta a esta ciudad», por ejemplo- se quiere magnificar añadiendo más palabras y construcciones innecesarias. Se prima el continente al contenido, y en la mayoría de las ocasiones no existe ni contenido.
El otro día, no sé de dónde, dimitió mediante un mensaje en una red social plagado de faltas ortográficas una concejal/a del área de cultura que llevaba la tira de años viviendo del presupuesto público. Su excusa fue que lo escribió desde un dispositivo móvil y que el ‘predictivo’ (habrá que llamarlo así) le gastó una jugarreta. Eso es lo que tenemos.
Siempre acertado, Milord. Es un verdadero placer leerle.
Pues el resto de la carta es igual o peor. Me he llegado a plantear si se pueden llegar a hacer estas cosas aposta, más que por pura dejadez o ignorancia, porque no me lo explico. Una vez me dijo un miembro del Gobierno ruso que los políticos de ese país tenían que pasar un examen de ruso muy duro si querían dedicarse a eso de la política. Me pareció una medida acertada: ¿no es fundamental expresarse correctamente en la lengua de uno? ¿Cuántos de los políticos de este país pasarían ese tipo de examen sin problemas?
Pues no descartes que esa redacción tan desastrosa sea aposta. Recuerdo la famosa chaqueta de pana de Felipe González y el ¿abuso? de la ocurrencia de Alfonso Guerra con los «descamisaos». Quizás sea un intento de demostrar cercanía con un electorado de, digamos, un cierto nivel cultural o quizás esté equivocado atribuyendo al firmante de la misiva más inteligencia de la que realmente tiene pero es que quiero creer que los aspirantes a gobernantes, o al menos los que llegan a serlo, tienen un nivel cultural suficiente para el digno desempeño de su importante labor.
Pues sí, me abono a la idea. Y la extremo: ¿Recuerdan uds., si peinan honarables canas como las mías (por canas, no por honorables), aquellos horribles y odiosos anuncios de la tele donde una ínclita ama de casa se aferraba posesa a su ‘tambor’ de Colón como si en ello le fuera la vida, la de sus hijos y la de sus descendientes hasta cuarta generación, para no caer en el embaucamiento de quien le ofrecía por el mismo precio dos unidades de otra marca desconocida? Eran cutres, ¿verdad? Tela. Pues se mantuvieron tanto tiempo en emisión, clonándose unos a otros, porque según los expertos el cutrerio descaradamente manifiesto gustaba al personal cutre, y vendía. Pues ahora en vez de vendernos ‘tambores’ de Colón nos venden política. (Algún día les contaré el chiste de la gitana que quería mangarse del supermercado un queso gordo metido en un tambor de estos*). Y como cualquier cosa que se venda, también tiene su ‘target’, su segmento. A cada consumidor hay que vestirle el producto con la ropa de su agrado. Y, a lo mejor, al personal corto hay que vestirle el mensaje de corto, que no es vestirlo de flamenco; pero bueno, que me voy del tema..
*Por supuesto que sé que eso que he escrito es, al día de la fecha, una incorrección. Pero soy de los antiguos y confío en la buena fe de los lectores que confían en mi buena fe. De hecho, sé hay en marcha un movimiento promovido por colectivos de raza calé que procuran que el DRAE elimine las connotaciones negativas que se asocian a su raza. En concreto, la cuarta definición de ‘gitano’. No me parece mal. Es tan injusto como si en el diccionario apareciera en la entrada de «Abogado»: «Persona que siempre al final se queda con la vaquita». Hay abogados y abogados, lo mismo que gitanos y gitanos. (Algún día les contaré el chiste del abogado y la vaquita).
Reciban ustedes un afectuosos saludo.
Pasadas las elecciones, me gustaría saber si el candidato que se dirigió de esta guisa a sus conciudadanos ha conseguido plaza o no, para hacerme una idea.:-) ¿A vosotros no?
Un abrazo a todos.
Hola, Madri y todos:
Encantada os cuento. Este municipio del este de Madrid ha sido rojillo desde hace más de veinte años —aunque hay que decir que muchas veces el voto se ha dado más a los alcaldes que a los partidos en sí—, y una coalición de izquierda ha vuelto a ganar. Pisándoles los talones están los ubicuos de Podemos. El protagonista de nuestra historia, que se presentaba para la alcaldía del municipio, había sido el único concejal de su partido hasta hoy y me temo que ya estará recogiendo los bártulos, ya que su partido no ha obtenido un solo concejal en estas elecciones. Este partido es un partido local que comparte nombre con uno nacional que también se presentaba como tal y que sí ha conseguido algún concejal que otro.
La verdad es que no creo que su forma de expresarse haya sido un factor determinante para este revés electoral, sino más bien la irrupción de esos dos partidos nacionales en las elecciones municipales de este año. Lo que está claro es que ayudarle no parece haberle ayudado, no.
Un cordial saludo.