No creáis que el asunto no es serio, porque queramos o no, todos tenemos que comer. Y para poder comer, hay que cocinar.
Estoy segura de que entre vosotros hay más de un aficionado que se remanga de vez en cuando para sorprender a la familia o a los amigos. De eso se trata, ¿qué os parece si compartimos experiencias que giren alrededor de la comida? En cualquier ocasión y lugar, en casa, de viaje, en el colegio…
Cualquier cosa: anécdotas, curiosidades, preferencias, preguntas, respuestas…
A ver si descubrís qué hay en la fuente de la foto.
Que sí, Milord, que eso del mínimo esfuerzo está clarísimo. Pero es que a veces los mejillones vienen muy guarretes…
Pues se van ustedes a la plaza, o al mercado, o al supermercado donde haya pescadería y compran una dorada que no sea muy grande. Si quieren pueden llevarse el metro y la miden para asegurarse que luego les cabrá en el horno. Microondas, por supuesto.
Le dicen a quien les despache que la limpien para hacerla a la sal. Con eso ya se quitan un trabajo añadido sin tener que pagar por ello. Y que les corte bien la cola, que no sirve para nada puesto que no se come pero que puede dar la lata a la hora de meterla en el horno.
En un recipiente esférico, tipo bol -este detalle es importante para que después no choque con las paredes del horno cuando de vueltas- entierren al animalito en sal marina gorda*. Sin más historias, así.
Lo meten en el horno y le dan media potencia. Al cabo de unos veinte minutos, cuando en la cocina empiece a oler a pescado, eso ya está listo y pueden retirar. Ahora viene lo peor puesto que hay que eliminar los restos de sal y preparar el pescado para su ingesta, pero vale la pena por el resultado, esos lomitos blancos sin espinas diciendo cómeme.
Rocíen con aceite de oliva -ahora sí, del virgen extra- y adornen en la periferia con unas pinceladas de salmorejo que seguro les sorprenderá.
Mariden con vino blanco joven del Aljarafe. Naturalmente, frío.
Que aproveche.
*Bonus track: comparto con ustedes el primer chiste que oí en mi vida. Propio para niños:
Había una señora gorda poniéndose las medias, con el balcón de su dormitorio abierto. A esto que pasa por la calle un vendedor de sal pregonando su mercancía:
-¡Saaaal gorda… Saaaaal gorda!
A lo que la mujer replica a voz en grito:
-¡Espeeeera, que mestoy poniendo las medias!
En fin, chiste para niños, ya avisé.
PERCEBES
Tan sencillos de preparar, que lo mismo sirven para flojos que para quienes no lo son.
Los percebes son crustáceos que de muy pequeñitos (larvas) andan sueltos por el agua, pero que cuando son adultos viven agarrados generalmente a las rocas que baten las olas.
En España se comercializan percebes que proceden de Marruecos, de color claro, delgaditos, largos y asequibles de precio, y los de Galicia, cortos y gruesos, de piel muy oscura y dura. Estos últimos son mejores, pero también mucho más caros.
Del fuego a la mesa. Es muy importante comerlos recién cocidos y aún calientes.
Agua de mar o agua del grifo con sal gorda marina (65 g por litro) es lo único que hace falta para dejarlos listos. Si alguien quiere añadir una hojita de laurel, como a los mejillones a la carmelita de Milord, pues también.
Se pone una olla al fuego con abundante agua (los percebes han de quedar totalmente sumergidos) que se lleva a ebullición.
Cuando el agua está hirviendo a borbotones, se echan los percebes. Lógicamente el hervor se corta. Hay que esperar a que el agua vuelva a hervir y, a partir de ese momento, se cuenta un minuto, no más.
En cuanto pase el minuto, se retiran del agua con una espumadera. Se ponen en una fuente y se tapan con un paño para mantenerlos calientes, que es como hay que comérselos: recién cocidos y calentitos; es como más ricos están.
Para que no se nos enfríen en el plato, es preferible servirse poca cantidad e ir cogiéndolos poco a poco de la fuente.
Y los acompañan ustedes con el vino que más les guste, que para eso hay donde elegir.
Qué bien, Madri, gracias por esta aportación. ¡Con las ganas que tenía yo de meterle mano a estos bichejos! Qué fácil de hacer y qué receta tan instructiva. Hay que ver lo que he aprendido de los percebes, que hasta ahora los conocía de lejos cuando en un bar-comedero cerca de mi casa los preparan poniéndolos debajo del chorro del vapor de las cafeteras, ese con el que calientan las lecheras. Nunca me ha parecido forma muy ortodoxa de hacerlo, pero yo de estas cosas no entiendo mucho como ya se habrán percatado. Y aunque los cobran a precio de azafrán, la gente se los comen con cara de gusto. Así que no sé. Los prepararé como tan sabiamente cuenta antes de comprarme una cafetera industrial.
Solo me queda encontralos, y no crea que es sencilla tarea hacerlo en mi tierra. Porque aunque Marruecos me queda más cerca que Galicia, aspiro a consumir siempre que pueda productos nacionales. Ya les contaré.
(Estooo, ejem, ¿hay que pelarlos?).
Je, pruebe usted a comérselos sin pelar y verá.
Pero hágalo con cuidado y ábralos apuntando hacia abajo, no vaya a ser que ponga perdido a su compañero de mesa con el chorreón de agüilla que suele quedárseles en el interior.
Me gustaría añadir una receta para esa cocina básica de Milord. Bueno, naturalmente con tu permiso, Madri, y también con el de todos, que lo digo sobre todo porque es un poco cutre. Es algo que he hecho de siempre y que quiero compartir aquí. Es algo rápido, barato y fácil de hacer. Especialmente bueno para el verano.
HUEVOS RELLENOS
Se necesitan huevos, latas de atún (en aceite o al natural, escurridas), mayonesa y tomate frito.
Las cantidades son a ojo. Uf, mal empezamos (jeje). Como para tres huevos yo uso una lata de atún.
Se cuecen los huevos. Es importante que estén bien cocidos porque si no, no se pelan bien y no salen bien. Yo lo que hago es, si es posible, dejarlos cocidos en la nevera unas horas.
Se pelan, se limpian bien y se parten por la mitad, a lo largo. Se sacan las yemas con una cucharita pequeña, se trituran con la mano y se ponen en un bol: no todas, se reservan algunas para el acabado del plato (por tres huevos, más o menos las de dos mitades). Se abre(n) la(s) lata(s) de atún y se escurre(n) bien. Se añade el atún escurrido al bol de las yemas y se mezcla todo muy bien con un poco de tomate frito y, si acaso, con un pelín de mayonesa. Se echa esta mezcla en los agujeritos de las mitades de los huevos cocidos. Se hace una salsa rosa básica y de bote, es decir, mayonesa y un poco de tomate frito. Se echa por encima de los huevos ya rellenos. Con las yemas sobrantes, ya hechas trocitos pequeños, se adorna el plato (se echan por encima).
Hay muchas variantes de este plato. Y a mí me encanta echar espárragos (blancos, de lata) y langostinos o gambas en la salsa. Le da ese último toque «especial».
Un cordial saludo a todos.
Muy ricos los huevos rellenos así, Blasita.
¿Has probado alguna vez a hacerlos con ketchup en lugar de con tomate frito? Si gusta, el ketchup les da un puntito especial.
Gracias, Madri. Viniendo de ti es un honor.
Sí, tuve que usar ketchup alguna vez, es decir, se me ocurrió que funcionaría porque no encontré tomate frito en conserva o no tuve manera de hacerlo en el país en el que estaba.
Me atrevo a preguntarte: ¿cuáles son los huevos rellenos que mejor haces, los mejores que has comido o qué otras variedades has hecho o probado? Ah, mi pregunta va para todos, claro.
Un saludito.
He hablado con una amiga mía de Cádiz que es una «cocinillas» y he aprovechado para preguntarle sobre los huevos rellenos que hace ella normalmente. Entre sus propuestas destaco, por su fácil preparación, los huevos rellenos de paté (tal cual de la lata y con una aceituna negra encima) y los rellenos de surimi. El surimi puede hacerse trocitos pequeñitos o hacerse puré. Se mezcla con mayonesa y tomate frito. Mucho mejor, según ella, si se añade a la mezcla un chorritín de güisqui o de Cointreau.
Me gustaría añadir que alguna vez añadí también pimientos rojos (de lata, bien escurridos) y no les iba mal. También les puede ir bien un toquecito de pimienta negra molida. Ya, ya sé que más que básica la mía es más bien una cocinilla cutre, pero al fin y al cabo funciona, chicos.
Por lo que se deduce, querida Blasita, que cuando empiezan las variaciones sobre un tema hay que empezar a nombrarlas por su propio nombre. Huevos rellenos de esas cosas raras no son «huevos rellenos», que eso es D.O. Serían «huevos rellenos de…»., algo. Como con el gazpacho. Gazpacho no hay más que uno. Sus variaciones deben tener otros nombres, carambas. Eso de «el gazpacho que yo hago lleva salmonetes fritos y un poco de hollín de tornillo viejo». No digo yo que eso no esté rico, pero eso no es «gazpacho», ¿verdad?
A todo esto: buenas noches.
Ja. Para receta cutre, no creo que superéis esta, pero están buenísimos:
Pimientos (crudos) rellenos
Ingredientes
1 pimiento de los de ensalada (yo prefiero verde pero también puede ser rojo o amarillo)
1 diente de ajo
Queso (una variedad que sea sabrosa pero no demasiado dura ni seca – el cheddar es una buena opción)
1 chorro de ketchup (lo suficiente como para dejar un bonito color rosita)
Elaboración
Se pica muy fino o, mejor, se prensa el diente de ajo
Se ralla el queso
Se mezclan en un bol con la ayuda de un tenedor el ajo, el queso y el ketchup
Se parten por la mitad los pimientos, se quitan las semillas y se rellenan con la mezcla anterior.
Listo en 5 minutos.
Comentarios
Normalmente me da asco el ketchup y dispongo de delicioso tomate fresco y buen tomate frito casero, pero para esta receta no sé si son las especias, el vinagre o qué, pero el ketchup va mejor.
La misma mezcla se podría usar para rellenar tomates o simplemente para extender sobre un pan tostado.
Qué bueno, Nibbles. Fíjate, lo que más me ha sorprendido (gratamente) es que esos pimientos enteros vayan crudos.
nibbles, eso suena la mar de bien. Cutre, rápido y atractivo en el cruce de sabores, pero, ¿cómo anda usted de estómago? ¿No se le atraviesan el pimiento y ajo crudos en la digestión? Yo es que el omeprazol forma parte de mi dieta…
Y, esto…, ¿cómo se rellenan los tomates?
Solo comentaros rápidamente que ayer puse las manzanas asadas de Madri. Un exitazo rotundo. Gracias.
Me alegro que os hayan gustado las manzanas asadas, nibbles.
Retomo los huevos rellenos propuestos por Blasi, que también están muy ricos con ensaladilla rusa, o con Chatka, que llegan a ser un lujo. Me atrevería a decir que están buenos de cualquier manera, ¿no creéis? Iba a decir que menos crudos, pero he recordado el ponche que me preparaba mi madre cada vez que me veía dar «el estirón» y me he vuelto para atrás.
¡Menudo ponche! Un buen vaso de vino dulce de Málaga con una yema de huevo crudo, todo bien batido. Estaba riquísimo, aunque no sé si llegaría a cumplir como reconstituyente. ¿A vosotros os lo daban?
Para rellenar los tomates, Milord, hay que partirlos por la mitad y vaciarlos un poco con una cuchara. Se retiran todas las semillas y la parte viscosa que las envuelve.
Tanto los huevos como los tomates se pueden rellenar con jamón cocido picado y mezclado con mayonesa. Facilísimo. Como la mayonesa la hago yo, procuro que esté sabrosita de ácido, con vinagre y limón mezclados.
A mí también me ha sorprendido la mezcla de pimientos crudos, queso y ajo. Supongo que habrá que pelar los pimientos para evitar eso que tanto teme Milord.
¿Cómo es el gazpacho-gazpacho, Milord? ¿Que ingredientes ha de llevar? Yo suelo hacer un seudogazpacho con tomate, solo tomate bien maduro, miga de pan asentado, ajo, sal, vinagre y buen aceite de oliva. Ah, y agua mineral. Está muy bueno, de verdad.
Pasad buena noche.