Buenos días:
He pensado que además de jugar con las palabras a través de charadas, películas, etc., podríamos hacerlo de una forma mucho más sencilla, a fin de que también pudieran intervenir de vez en cuando los blasiteros que tienen menos tiempo libre para visitar el Café, ya sea solucionando casos puntuales o creándolos.
El juego que propongo no puede ser más simple porque se trata de descubrir dos palabras con las pistas que se dan, pero con la particularidad de que la primera de ellas, tras quitarle una letra, ha de coincidir con la segunda. Veamos unos ejemplos:
–Hay una especia que cuando pierde una letra da lugar a una catátrofe.
–Era elegante y gallardo pero perdió una letra y se transformó en un perro.
–Un religioso con cierto rango perdió una letra y lo dejaron más que tonsurado.
(No doy las soluciones hasta el final por si alguien desea sacarlas por su cuenta).
Y como todo juego, este tiene unas reglas que hay que observar, aunque son muy simples:
1.ª Las palabras han de tener como mínimo tres sílabas (puesto que con menos se podrían dar casos con varias soluciones).
2.ª Tienen que ser palabras que figuren en el DLE pero sin marcas, es decir, que no sean pocos usadas o localismos o términos que solo se utilicen en América Latina.
3.ª No son válidos los aumentativos ni los diminutivos (por ejemplo, no valdría el tándem monitor / monito).
4.ª Las formas verbales admitidas son el infinitivo y el participio (por ejemplo, no valdría la pareja taparan / tápara).
5.ª La poda será sólo de una letra, y ésta podrá ser inicial, intermedia o final.
6.ª Hay total libertad para acentos y tildes (vide ejemplo de condición 4.ª).
7.ª y otras: Las que decidamos entre todos más adelante, si hubiera lugar (si eso, que dicen ahora).
Tal vez sería conveniente que se diera el nombre de la letra que desaparece (en el primer caso, por ejemplo, sería la n), con objeto de facilitar algo más la búsqueda. Otra forma de dar facilidades sería la de indicar la posición de la letra que se cae (en el primer caso sería la letra final). En fin, estos pormenores los podemos ajustar entre todos más adelante.
No obstante, como hemos dicho en otras ocasiones, el grado de dificultad para resolver enigmas depende de la mayor o menor claridad que quiera el autor dar a las pistas (para que no falten ejemplos: la n.º 5 de las que expongo a continuación resultaría más fácil si en vez de «órgano del cuerpo» dijese directamente «ojo»), PERO –y también lo hemos comentado en otra ocasión– tampoco conviene que resulten demasiado facilonas.
—–
Venga, no se hable más y empecemos con esta media docenita para abrir boca:
1.- Era un cetáceo de cinco metros pero perdió una letra y se convirtió en un recipiente de cocina.
2.- Eran unas regiones españolas que al perder una letra se hicieron fragmentos puntiagudos.
3.- Era un círculo de la Tierra que perdió una letra y acabó en algo trivial o manido.
4.- Empezó como almacén pero perdió una letra y terminó siendo un lugar de muchos anfibios.
5.- Era una necia que perdió una letra y se convirtió en una membrana de un órgano corporal.
6.- Cuentan que una ciudadana de la región del Véneto por perder una letra tuvo que pasar por un control.
—-
Espero vuestras opiniones
y, si eso, vuestras soluciones.
Sin olvidar las creaciones. 🙂
Un abrazo.
Resultados de los tres ejemplos:
–Estragón / estrago.
–Galano / alano.
–Prelado / pelado.
Lista de las «caídas de letras» aportadas en comentarios. Pinche en un número para ir a la «caída de letras» correspondiente.
8. (Madri)
9. (Madri)
10. (Madri)
11. (Madri)
12. (Madri)
13. (Madri)
14. (Robin)
15. (Robin)
16. (Robin)
17. (Robin)
18. (Robin)
19. (Robin)
20. (Madri)
21. (Robin)
22. (Robin)
23. (Robin)
24. (Blasita)
25. (Blasita)
26. (Robin)
27. (Robin)
28. (Monic)
29. (Madri)
30. (Robin)
30 bis. (Robin)
31. (Madri)
32. (Madri)
33. (Robin)
34. (Robin)
35. (Robin)
36. (Madri)
37. (Madri)
38. (Robin)
39. (Robin)
40. (Robin)
41. (Robin)
42. (Blasita)
43. (Robin)
44. (Robin)
45. (Robin)
46. (Monic)
47. (Robin)
48. (Robin)
48 bis. (Robin)
49. (Robin)
49 bis. (Robin)
50. (Blasita)
51. (Robin)
52. (Robin)
53. (Robin)
54. (Robin)
55. (Robin)
56. (Robin)
57. (Madri)
58. (Robin)
58 bis. (Robin)
59. (Robin)
60. (Robin)
61. (Robin)
62. (Robin)
62 bis. (Robin)
63. (Robin)
63 bis. (Robin)
64. (Robin)
65. (Robin)
66. (Robin)
67. (Robin)
68. (Robin)
69. (Robin)
70. (Robin)
71. (Robin)
72. (Robin)
73. (Robin)
74. (Robin)
75. (Blasita)
76. (Robin)
77. (Robin)
78. (Robin)
79. (Robin)
80. (Robin)
81. (Robin)
82. (Monic)
83. (Blasita)
84. (Blasita)
85. (Robin)
86. (Robin)
87. (Robin)
88. (Robin)
89. (Blasita)
90. (Blasita)
91. (Robin)
92. (Robin)
93. (Monic)
94. (Monic)
95. (Robin)
96. (Blasita)
97. (Madri)
98. (Blasita)
99. (Monic)
100. (Madri)
Buenas tardes a todos. ¿Cómo están ustedeeees? No olviden que tienen que contestar bien fuerte: ¡¡¡Bieeeen!!!
Bueno, vamos a ponernos serios…
Voy a por la 43, cuya solución es precesión, creo. Al menos, la definición que da el DLE concuerda con la primera condición de esta caída.
Quitamos la p y nos queda recesión, una situación que, cuando empieza a sonar, malo. Todo el mundo reza para que sea cortita.
Después de ir y venir, nos encontramos con la presión. Y a nadie le gusta que lo presionen, no señor. Entre la recesión y la presión, inevitablemente llegan los recortes, como aquí, que de puro recortar nos quedamos con Sion, la colina de Jerusalén. Aunque yo habría preferido quedarme en la Sion suiza, la verdad. Pero de vez en cuando hay que utilizar la cesión, no lo olvidemos.
Y a seguir pensando.
Un beso.
¡¡¡Me rindo!!! Abandono, interrumpo la búsqueda…, tiro la toalla. Me declaro absolutamente incapaz.
Una cuerda delgada a la que, si se le quita una sílaba, se convierte en otra cuerda más fuerte y, además, si lo que se le quita es una silaba diferente, se obtiene una medida de longitud. No, si datos no faltan…
Un abrazo.
¡¡¡Bieeeen, Madri!!!
Y estas caídas de letras también son fáciles, ¿eh Robin? :)) Conmigo no hay manera, no te preocupes … Lo único que se me ocurrió para la 45 es «maroma» para la cuerda gruesa pero nada, supongo que será más difícil.
Para que mi comentario no sea totalmente vacío y como no tengo idea de la que queda de Robin:
46.
Prima y Segunda es una amorosa deidad.
Mi último Tercia+Quinta de la marcha fue brutal.
Cuarta es una contracción literaria en inglés.
Todo es el mal de delinquir para ser famoso.
Rima libre como el viento, lo siento. ¡Saludos!
Yo tampoco tenía ni idea de la 45, Monic, por si te sirve de consuelo. ¡Madri ha batido su propia marca con este acierto!
Tu última caída-charada, la 46, tiene que ser erostratismo.
Ah, actualmente yo también prefiero pasear en terreno llano, como Robin. Pero sí que lo pasaremos a las charadas.
Un saludito.
¡Perdona, Madri! No había leído tu comentario del mismo día en el que dabas tú la solución a esa charada de Monic. Para una que sabía, me tiré como «una tora» al ruedo, je, je.
Saludos a todos.
Buenos días:
Yo me encuentro muy bien, Madri. Muchas gracias. Toquemos madera, je je. En cuanto a ti, ya se ve que estás como en tus mejores momentos: inconmensurable. Y como la caída 43 es de tamaño gigante, te damos una enhorabuena… ¡gigantesca! (que es el único trofeo que te faltaba). 🙂
Tengo que decir que en la pista «bajada de actividad» cabía añadir «económica», y así lo hice, pero después de escribir el adjetivo lo suprimí porque me pareció que iba a resultar demasiado fácil.
La 45 es una palabra de ocho letras reunidas en tres sílabas. Aunque hace unos años sería una palabra de siete letras ¿capisci? Esta fina cuerda tiene un sinónimo que es más conocido. Y es una palabra que me gusta como suena. Es, además, el apellido de un arquitecto italiano del renacimiento.
En cuanto a Monic, también hay que felicitarla por la estupenda charada que ha creado a pesar de que con tanto senderismo apenas tiene tiempo para estas cosas. Para mí también es un placer caminar, lo digo en serio, pero tiene que ser en terreno llano porque en los tramos de subidas o de bajadas brutales no disfruto. Es decir que lo mío es andar a buen paso pero «horizontalmente». 🙂
Un abrazo.
Me alegra que estéis bien, Monic y Robin. Lo mismo les deseo a todos los demás.
Ha habido que aguzar el ingenio hasta límites insospechados para llegar a la palabra que, si Dios no lo evita, encierra la caída 45: tramilla. que, efectivamente, hoy tiene ocho letras debido a que la ‘elle’ como tal ya no forma parte de nuestro abecedario.
Antes de declarar en público mi rendición estuve jugando con el bramante, pero no pude sacar nada en claro. El apellido del arquitecto italiano ha sido una gran pista o, por lo menos, a mí me ha servido. El bramante es de uso si no cotidiano sí habitual en mi cocina. Con él enrollo algún que otro asado, los flamenquines, cierro las aberturas de los pollos cuando los hago rellenos…, en fin, que estaba bastante familiarizada con el término. Pero había que buscar el sinónimo no tan conocido, y eso ha sido lo más costoso.
Tramilla, ni sabía que existía. De ella sale la tralla, que es la cuerda más gruesa, y la milla, la medida de longitud.
Muy pero que muy bien jugada esta caída, Robin.
En mi búsqueda frenética de ayer descubrí que «cuerda» también es una medida de superficie: en el campo equivale a una fanega; y de longitud: ocho varas y media.
Ha sido un verdadero placer.
Ahora estoy contigo, Monic. Hago constar que no tengo ningún mérito, porque ha sido Robin quien ha lanzado la primera piedra y, después, con su acostumbrada caballerosidad coleana, ha escondido no la mano, sino toda su persona, para dejar paso a quien recogiera el testigo. Y ahí estaba yo, que, como a él, los tramos empinados no me sientan nada bien. Lo malo es que yo estaba pensando en «trechos»…
Creo que la palabra de tu charada ha de ser erostratismo, ese trastorno mental que lleva a cometer actos delictivos para conseguir fama. Razón tenía quien dijo que había gente pa’to.
El dios griego del amor, Eros, va abriendo camino; seguimos con el tramo interrumpido (para descansar, como Robin), y me queda ‘tis’, la contracción literaria en inglés. Me pregunto si ha de ir con el apóstrofo delante o no.
Uf, ahora voy a tomarme un café, que me lo tengo merecido. ¿Me acompañáis?
Un abrazo.
Con mucho gusto, Madri. Para mí a estas horas me vendría como anillo al dedo un cortado, pero (el camarero del bar de al lado, que es de confianza, me dice «tú siempre tienes que poner algún pero») con un poquito más de leche de lo normal: no tan negro.
Y mientras lo sirven, te damos la segunda enhorabuena del día (que no va a ser la última). Muy bien, muy trabajada y muy lograda: te felicitamos por ese tesón, unido, claro está, a tan excelente cacumen. 🙂
La charada de Monic me tuvo un buen rato totalmente perdido porque se me metió en la cabeza que la deidad amorosa tenía que ser femenina. Y yo creo que ella lo ha escrito así para despistar, ja ja. (Todo se pega).
Un abrazo.
Yo tenía el mismo problema con el café con leche. Normal, pero con un poquito menos de leche, lo que se llama corto de leche… Nada, que no había manera. Así que terminé por pedir siempre un café y, aparte, una jarrita de leche caliente. Así me pongo la cantidad que necesito y me lo tomo siempre a mi gusto. Funciona.
Buenos días:
He aquí unas caídas para que no decaiga la afición:
47.
Era un señor muy dado a comer dulces, que perdió una sílaba y se hizo profesional en manufactura y tratamiento de ciertas telas. Si hubiera perdido una sílaba distinta se habría convertido en otro profesional, pero en este caso de un trabajo peligroso.
48.
Era un adjetivo que estaba muy orgulloso de proceder de las entrañas de la Tierra, pero al perder una sílaba se transformó en una bebida. De haber perdido una sílaba distinta, al menos hubiera sido una persona especializada en alguna actividad.
49.
Era un sustantivo con la misión de separar el grano de la paja. En esas estaba cuando perdió una letra y se convirtió en otro sustantivo cuya acción da lugar a que las cosas se desgasten, se deterioren. Pero si, en vez de una letra, hubiera perdido una sílaba, aquel se hubiera transformado en un adjetivo aplicable a una persona de determinada edad.
—–
Ya he puesto en práctica, Madri, tu consejo de pedir la jarrita de leche. Y funciona. 🙂
Unos abrazos.
Buenas tardes, amigos.
Supongo que las caídas estás numeradas por dificultad en orden creciente, así que empiezo por la 47, y más fácil (además de que es la única que he podido más o menos resolver hasta ahora, qué pobre).
Un señor dado a comer dulces es un goloso, pero también un laminero. ¿Sabíais que la palabra viene de «lamín» que en Aragón es golosina? Pues yo no. 🙁
Ni que decir tiene que los dos oficios que podría practicar este laminero sin salirse de madre serían los de minero y lanero.
Me alegro de que se haya resuelto el punto del café cortado con un poquito más de leche…
Hasta luego.
Buenos días:
Digo yo que si Madri se ha centrado en la primera de las tres adivinanzas ha tenido que ser por el lamín de* pensar en esos productos que endulzan el paladar y que ella sabe elaborar como nadie (la opilla, el bizcocho de yogur, el flan, el arroz con leche, las manzanas asadas… en fin, la Pierre Hermé al completo). Qué lástima que ella resida en los confines, oye. 🙂
Bueno, ya en serio te damos nuestra felicitación por ese acierto, Madri, que por ser admirable lo acompañamos de los signos de admiración: ¡Enhorabuena!
Y ya puestos, voy a intentar endulzar un poco la 48:
48 bis.
Un adjetivo que alude al interior de la Tierra
(hasta 50 kilómetros de profudidad)
se ha despojado de una sílaba de cabecera
y convertido en bebida que no te embriagará.
De haber perdido la segunda en vez de la primera,
sería ahora una persona experta, profesional.
—–
Abrazos.
* Del DUE:
por el lamín de
Ar. Frase con que se expresa el atractivo que induce a realizar una cosa.
Buenos días, Robin y todos (ausentes o no):
Así, sí. Una vez eliminados los escollos, se puede navegar con el piloto automático y dar con el tesoro de la 48 bis.
¿Qué son cincuenta kilómetros tierra adentro? Nada, comparado con el viaje que yo había hecho, emulando a Julio Verne, al «centro» de la Tierra, pues había tomado «entrañas» por su lado más extremo y, allá, la verdad, no se veía nada. A punto he estado de freírme allí dentro, pero tus últimas pistas han llegado justito a tiempo para rescatarme.
Estuve ayer dándoles vueltas a «práctico», «experto» y… ¡¡técnico!!, pero como si nada, tan lejos llegaba mi despiste. Se ve que el calor no me dejaba ni pensar. En fin, que qué a gustito se está aqui fuera, a quince grados, o a veintitantos dentro de un ratito, pues al lado de lo que había en las «entrañas» esto es pan pintado.
Estamos hablando del adjetivo tectónico, claro. ¡Qué fácil resulta todo cuando ya casi lo has dicho tú, ¿verdad?! Entonces ya no hace falta llamar al técnico, pero sí tomarse un tónico por ver si las neuronas se ponen contentas y empiezan a trabajar.
Ah, también hago un budín de pan que es para ponerse a dar saltos… Todas son recetas sencillísimas, por si os animáis.
Besos.
AÑADO:
¿Eso de «separar el grano de la paja» tiene algo que ver con «ir al grano»?
Un beso.