Buenos tardes:
Hace unos cuantos días (era otro año), estaba yo componiendo un crucigrama de esos caseros y, por no poner de memoria la definición del sufijo -geno, acudí al DLE en busca de mayor rigor, jeje. Y para qué haría yo eso, me pregunto, ya que a continuación, por la curiosidad y por la inercia de las cosas, me metí en un jardín lingüístico de lo más complejo. Juzguen ustedes:
La definición del DLE…
-geno
1. elem. compos. Significa ‘que genera o produce’ o ‘que es producido’. Lacrimógeno, patógeno, endógeno.
…me sorprendió porque yo creía que se trataba de un elemento sufijo y resulta que es un elemento compositivo.
Y acto seguido me fui en busca de las definiciones de ambos elementos, teniendo en cuenta que «sufijo» nos remite a «afijo», al igual que «prefijo»:
afijo, ja
2. Gram. Dicho de un morfema: Que modifica el significado o las propiedades gramaticales de la base a la que se adjunta. U. m. c. s. m. (Ese día no tenían ganas de poner ejemplos).
elemento compositivo
1. m. Gram. Segmento morfológico ligado, por lo general de origen griego o latino, que interviene en la formación de palabras compuestas anteponiéndose o posponiéndose a otro; p. ej., filo-, grafo-, -ónimo, -scopio.
Entonces, la diferencia parece que está en lo siguiente:
a) Si la partícula que se antepone o pospone es un morfema, ese elemento se llama afijo, o sea, prefijo o sufijo (los infijos y los interfijos no los voy a considerar en este comentario) y el resultado es una palabra derivada de la base.
b) Si se antepone o pospone un segmento morfológico –que no sé muy bien lo que significa pero intuyo (dado que segmento es «Porción o parte cortada o separada de una cosa») que será un extracto de una palabra ya existente, que se podría denominar palabra de referencia (por ejemplo, el ya mencionado -geno, entiendo que está extraído de generar o de generación)– en ese caso el elemento se llama elemento compositivo y el resultado es una palabra compuesta.
A continuación, como yo soy partidario de acompañar con ejemplos cualquier enunciado o teoría, tomé al azar el caso siguiente como test de comprobación:
Se trata de este trío de elementos: intra-, extra- y supra-, que ya de entrada se ve que son de la misma familia, puesto que los tres se refieren a posiciones relativas y sugieren la idea de dentro, fuera y encima, respectivamente, de algo. Y estas son las definiciones que nos da el DLE:
Intra- (Del lat. intra-).
Pref. significa «dentro de «, «en el interior». Intramuros, intravenoso.
Extra- (Del lat. extra-).
Pref. Significa «fuera de». Extrajudicial, extraordinario.
Y por semejanza con los anteriores, yo habría jurado que supra era también un prefijo. Pero para el DLE no lo es:
Supra- (Del lat. supra-).
Elemento compositivo. Significa «encima»[…]. Supranacional, suprarrenal.
Por si hay dudas, esta es la definición de suprarrenal: Que está situado por encima de los riñones.
Y esta frustración hizo que me quedase algo pensativo, por no decir un poco «mosca», razón por la que me pasé por google para ver si tenía suerte y encontraba en la red alguna información sobre este asunto. Y ya lo creo que la encontré: hay diversos estudios y artículos que desarrollan ampliamente este tema, y a los que me voy a referir brevemente:
De este artículo (clic) –aunque su contenido en ocasiones rebasa mis conocimientos de lengua– se infiere que este tema está entre los más polémicos de nuestro idioma, ya que lingüistas (englobo en esta palabra las distintas especialidades) como M. Alvar Ezquerra, M. Álvarez García, Manuel Seco, J. A. Miranda, Gloria Guerrero, etc., no coinciden en sus criterios respecto a la clasificación («el estatuto», se dice aquí) de los repetidos elementos.
Por cierto que en ese artículo sitúan en el mismo bando y, por lo tanto, le dan el mismo tratamiento, a los integrantes del trío intra-/extra-/supra-, contrariamente a lo que hemos visto que indica el DLE. (Lo que no sabemos es quién está en lo cierto).
En este otro estudio (clic), se analizan con detalle los capítulos 10 y 11 de La Nueva Gramática de la Lengua Española, que son los que se refieren a los prefijos y a los elementos compositivos y, más concretamente, a los argumentos que la Academia esgrime para establecer la distinción entre ellos, que sin lugar a dudas ha tenido que ser una labor muy ardua, como se desprende de cada uno de los párrafos de este extenso estudio, de los que entresaco el siguiente como muestra:
«En la NGRAE los prefijos no solo se definen mediante su posición (parámetro empleado también en el diccionario), sino también mediante otros criterios: clase de palabra a la que se asimilan; dependencia o independencia formal; significado; y relación con las propiedades sintácticas de los predicados. Además, cabe destacar que ya no se equiparan prefijos y preposiciones, tal como ocurría en los textos gramaticales académicos publicados con anterioridad».
(Sobre el empleo de las categorías «elemento compositivo» y «prefijo» en los diccionarios de la RAE. Marta Torres Martínez. Universidad de Jaén, España. Publicado en la página web; http://www.scielo.cl/)
Y ahora llega el momento de hacerse la pregunta del millón: Teniendo en cuenta la existencia en nuestro país de tantos y tan preclaros lingüistas (al final de esa última publicación se cita una veintena de ellos) que han estudiado a fondo este mismo tema y cuyas conclusiones en buena parte no se ajustan a las que la Academia sostiene, ¿estamos obligados los hispanohablantes a aceptar y cumplir las reglas que sobre este particular establece la Nueva Gramática?, ¿se consideraría, pues, que se comete un error, una incorrección gramatical, si en algún caso concreto se da preferencia al criterio de otro experto en esa materia?
Por otra parte, también hay que destacar que los lingüistas que han confeccionado el prestigioso diccionario de María Moliner (DUE) no hacen la más mínima distinción entre elementos afijos y elementos compositivos*. En ningún caso (de los muchos que yo he podido comprobar). Véase si no la definición que da del ya mencionado -geno: «Elemento sufijo del gr. gennao, generar, que significa ‘que genera, produce o es producido’». Luego parece que consideran que no está clara la clasificación que hace el DLE, y por lo tanto prefieren rodar a «piñón afijo» para no confundir a nadie. Y eso mismo es lo que hace el Wikcionario, entre otros.
La conclusión es, como ya he dicho otras veces, que cada uno saque sus propias conclusiones, pero en lo que a mí respecta diré, sin menoscabo del respeto que le tengo a la Academia, que por el momento voy a seguir llamando prefijos y sufijos a todo lo que se mueva (je) y se una** a otra palabra.
Ni que decir tiene que cualquier opinión por vuestra parte, amigos blasiteros, será bienvenida. Muchas gracias.
Un abrazo.
*Al menos en la edición que ha estado en vigor hasta hace pocas semanas. Sería magnífico poder comprobar, respecto a los tan repetidos elementos, si en la nueva edición siguen rodando a piñón fijo o, por el contrario, hacen ya distinciones; y en tal caso, ver con qué criterios.
**Se exceptúan los casos que define el DRAETE en la entrada «aglutinar». 🙂
Buenas noches, Robin:
Tema complejo este de los elementos compositivos, afijos, prefijos, sufijos, interfijos, infijos y otros. Aunque dices haberte metido en un jardín lingüístico, me temo que haya sido en un berenjenal y que peor es meneallo no vaya a ser que se convierta en un laberinto. Parece ser que los que han intervenido en el DUE María Moliner no han tenido problemas y han tirado por la calle del medio.
Aunque confieso mi total incapacidad para dar respuesta a tus preguntas, es un tema que ha despertado mi curiosidad. Estaré a la escucha.
Un abrazo a todos
Hola, Robin.
Reconozco que todavía no he conseguido terminar de leer esos artículos ni los capítulos de la NGRAE: me ha quedado claro es que es un tema complicado y controvertido y te agradezco haberlo sacado, Robin. Me ha parecido muy interesante y ya puedo decir que hoy no me acostaré sin saber una cosa más, bueno, muchas más.
Mi mente no lingüista entiende que «elemento compositivo» es toda palabra o letras que se añaden o forman palabras compuestas, por lo tanto prefijos y sufijos, o sea afijos, son un tipo de elemento compositivo. Yo tampoco entiendo por qué para la RAE «-supra-» es un elemento compositivo y no un prefijo. Estoy de acuerdo en que con «prefijo» y «sufijo» habría bastante, para no marear la perdiz. Y si no es suficiente, que no los expliquen claramente y ellos mismos sigan una línea recta y definida en el diccionario.
Saludos cordiales
Buenos días, Robin, Madri, Monic y todos:
Interesantísimo (*superinteresante) tema y estupendas referencias las que nos has traído, Robin. Me ha gustado especialmente el estudio de Marta Torres Martínez de la Universidad de Jaén, publicada en Scielo.
Me parece que algunos gramáticos tienen, en algunos casos, algo en común: el diferente uso de la terminología. En el caso que tú bien expones, Robin, me da la impresión de que algunas veces puede ser parecido a llamar a la reina de los tubérculos papa o patata. Seguramente más de un lingüista se llevaría las manos a la cabeza con mi «menosprecio» de la importancia de elección de un término u otro. Sin embargo, sí que creo que se tendría que intentar unificar las marcas del Diccionario de la lengua española dentro de la misma obra y con otras obras o publicaciones de la RAE y demás Academias de la lengua
*Momento adecuado para ver por qué he escrito ese asterisco delante de superinteresante. En el DLE todas las acepciones de super- son consideradas elementos compositivos:
He destacado la segunda y tercera acepciones para compararlas con los ejemplos de este elemento compositivo/prefijo que se incluyen en las Preguntas frecuentes de la RAE como prefijos: Normas de escritura de los prefijos: exmarido, ex primer ministro
Le he dado algunas vueltas al tema y yo tampoco soy capaz de entender exactamente el criterio que sigue la RAE para mostrar supra- como elemento compositivo en el Diccionario. De todos modos, parece que es el mismo caso que infra-. Además, me gustaría mencionar dos elementos compositivos, según el DLE, que yo hubiera tratado como prefijos:
Otra curiosidad. Los dos ejemplos que recoge el DPD (Diccionario panhispánico de dudas) que se mencionan en el apartado 10.1d de la NGLE (Nueva gramática de la lengua española) como de insegura clasificación, aparecen en el DPD como «elementos compositivos prefijos»:
Parece un comodín que puede alejarnos de controversia en estos casos y hasta quitarnos dolores de cabeza si lo aplicamos a más y lo hacemos más general. Pero ¿no sería más adecuado decir: elemento compositivo o prefijo y mantener esta clasificación unificada con el DLE —que trata a los dos mencionados como meros elementos compositivos—?
Me estoy extendiendo demasiado y debo parar en seco y dejaros en paz ya. Un cordial saludo a todos.
Buenas tardes:
Muchas gracias, Madri y Monic por vuestras sensatas opiniones. No quiero decir con esto que las de los académicos no lo sean, ni mucho menos, pero sí que en algunas ocasiones cuesta entenderlos, y no sólo por parte de estudiantes de lengua (como podría ser yo) sino también por insignes expertos en la materia.
Muchas gracias a ti también, Blasita, por la interesante exposición que haces de este asunto y por la cantidad de datos que aportas (que te habrán dado un buen trabajo). Me llama mucho la atención (y me alegra) que haya un apartado en la Nueva Gramática para los casos de insegura clasificación. Eso quiere decir que estos señores también son humanos y que por lo tanto tienen dudas algunas veces.
A mí también me parece que semi- debería considerarse un prefijo, ya que no encuentro ninguna palabra a la que pueda estar vinculado. Y, efectivamente, lo que clama al cielo es que el DLE adopte una postura firme, y el DPD, con ese buenismo que lo caracteriza, la suavice hasta el punto, a veces, de desautorizarlo.
Por comentar algo más os diré que el extenso artículo que cité en la entrada (fuente), obra de la filóloga Marta Torres Martínez, es del año 2011, razón por la que el estudio se basa en el DRAE de la edición 22 y en la Nueva Gramática, y no se alude, lógicamente, al DLE de la 23.ª edición.
Por ello, en el punto 1.1 dice lo siguiente a modo de reproche:
«iv. En el DRAE (2001) no se incluyen las siguientes unidades: […] dodeca-, exo-, octa-, octo-, uni-». (A propósito, ¿por qué utiliza en el siglo XXI las minúsculas en la numeración romana?).
Sin embargo, esas cinco unidades ya están incluidas en el DLE (2014) como elementos compositivos. Lo ha comprobado un servidor de ustedes. Entonces, me agradaría saber de qué argumentos se servía la Academia en el año 2001 para tenerlas excluidas, y qué méritos han hecho después esas cinco unidades para que hayan sido admitidas.
Y ya que ha salido a la palestra el elemento exo-, lo miro fijamente y me pregunto: ¿por qué lo catalogan como compositivo si a su hermano extra- lo consideran prefijo? Me sorprende porque los dos significan «fuera (de)» y ambos provienen de prefijos grecolatinos: Extrarradio → Zona que está fuera del casco y radio de una población. Exosfera → Zona que está fuera de la atmósfera terrestre.
Es que vaya por donde vaya, tire por donde tire, me voy encontrando casos que no digo yo que sean gazapos de la Academia, pero sí que son difíciles de aceptar. Fijaos si no en este párrafo del artículo (fuente) del distinguido lingüista (a pesar del nombre) Peter Stehlik:
«Según el criterio de autonomía léxica, se clasifican como prefijos exclusivamente morfemas que no existen en la lengua como unidades independientes, o sea, las palabras. Aplicado este criterio estrictamente, son excluidos de la categoría de prefijos todos los elementos preposicionales y adverbiales vulgares (en español p.ej.: entre-, sobre-, contra-, ante-, con-, etc.)».
Bien, pues de ese grupo de elementos afines voy a analizar estos dos: ante- y contra-:
En efecto, como dice el señor Stehlik, ante- y contra- no son prefijos sino elementos compositivos. Estoy convencido de ello porque cada uno tiene su referencia léxica (ese «segmento morfológico ligado» de la definición del DLE), que son las palabras anterior y contrario, respectivamente. Pero es que a más a más (que diría un catalán) en este caso las palabras de referencia son dobles, es decir, las ya indicadas y, además, ellas mismas como preposiciones. Luego no puede estar más claro que ante- y contra- son dos elementos compositivos. Así se las ponían a Fernando VII.
Bien, pero, ¿qué dice el DLE al respecto? Pues el DLE dice que ante- es un elemento compositivo y que contra- es un prefijo. Do you…?
Yo no tengo a mano la Nueva Gramática de la Lengua Española (que, dicho sea de paso, me parece una mala denominación, ya que cuando pasen unos años dejará de ser nueva, como le pasa por ejemplo al Pont Neuf de París, que es el más antiguo de la ciudad), pero supongo que los capítulos 10 y 11 contendrán numerosas explicaciones que justifiquen esa clasificación, tan clara para ellos en su mayor parte, que separa los afijos de los elementos compositivos. No obstante, como no es algo que –debido a su extensión– se pueda tratar elemento por elemento, me temo que esas explicaciones de carácter general tendremos que darlas por buenas aunque nos encontremos con muchos casos en que nos cueste aceptarlas porque vayan en contra de la lógica (máxime si, casualmente, nuestra opinión coincide con la de algunos lingüistas).
Pero todo esto tiene una ventaja: Si el tiempo no invita a salir de casa, se puede jugar con la familia o los amigos a las adivinanzas.
Que tengáis una buena tarde de San Polieucto de Melitene.
(¿Qué será poli-?).
Hola a todos de nuevo:
Empecemos por la disponibilidad de la NGLE. Yo la tengo en papel y para mí es más cómodo leerla en este formato, especialmente cuando tratamos con mucha información, pero, por si acaso, me gustaría decir que no sé si sabes que la puedes consultar en línea sin problema, Robin. Aunque no soy capaz de dirigirte exactamente al capítulo correspondiente, si entras aquí y luego escribes en el buscador de la página, por ejemplo, «prefijación», puedes ir leyendo los capítulos correspondientes a este tema (debajo de cada ventana, a la derecha, aparece un icono de avance o retroceso de página) o ir buscando lo que quieras (por ejemplo, un prefijo determinado). Yo —insisto: yo— no doy con el criterio exacto que emplean para distinguir un elemento compositivo de un prefijo (o sufijo) ni doy con el porqué de tanta diferencia terminológica entre las otras obras académicas de la RAE y demás Academias.
Una lista de prefijos, recopilados según su significado, incluye la Nueva gramática de la lengua española (nueva con respecto a la anterior y con un dudoso siguiente título de esta obra; de acuerdo, Robin). En esta lista podemos encontrar, por ejemplo, nuestros super-, semi- y sobre-, y, asimismo, por ejemplo, mono- y bi-, que vuelven a contradecir la clasificación que hace el DLE, es decir, se incluyen como elementos compositivos en el Diccionario y como prefijos en la Gramática.
Hablando de reglas o definiciones generales, que es en lo que a mí me gustaría ver una continuidad y coherencia claras, esa definición de «prefijo» no me cuadra con, por ejemplo, ex-, que sí tiene en el DLE una «autonomía»:
Luego en, por ejemplo, exmarido no podría ser considerado un prefijo (?).
NOTAS:
1. No he pasado, ni mucho menos, por todos los elementos compositivos o prefijos, llamados también a veces elementos compositivos prefijos, y que, de esta manera, simplemente me he limitado a poner un par de ejemplos.
2. Me he concentrado en elementos compositivos, prefijos o elementos compositivos prefijos, pero sucede algo parecido con los elementos compositivos, sufijos o elementos compositivos sufijos. Un ejemplo:
Lo vamos a dejar aquí de momento si os/les parece. Lo que creo es que la RAE es la que tendría que poder aclarar qué criterio emplea en cada obra académica, especialmente en el DLE. Yo he barajado varios criterios, pero no he podido llegar a una simple y clara conclusión, y creo que lo mejor es que la Academia misma sea la que lo haga, por lo tanto, he decidido realizar una consulta lingüística mañana, ¿qué os parece?
P. D. Iba a adjuntar la lista de prefijos de la NGLE, pero al final no lo he hecho.
Buenas tardes:
Muchas gracias, Blasita, por… en fin, por lo que aportas en todos y cada uno de los párrafos de tu comentario. Es un TODO, jeje, formidable. Y ahí incluyo tu información sobre la posibilidad de acceder en línea a la NGLE, que yo desconocía.
Y yendo directo al asunto, me he encontrado con este párrafo (perdonadme hasta donde podáis, por el tocho) que creo que conviene leer:
«10,1c Resultan particularmente polémicas en la tradición gramatical las diferencias entre la composición y la prefijación. […] Debe tenerse en cuenta que los criterios aplicados en este ámbito de la gramática no siempre coinciden con los que se usan en lexicografía [composición de diccionarios]. En esta última disciplina suele otorgarse mayor peso a la etimología de la voz, así como a las palabras, a menudo independientes, con las que puede emparentarse históricamente. En los estudios de gramática sincrónica [«Que se centra en un momento dado, sin atender a su evolución» (DLE)] presta más atención, en cambio, a las propiedades combinatorias de cada segmento y a la relación que cabe establecer con su base morfológica. Del distinto valor concedido a cada uno de estos criterios surgen, en ocasiones, discrepancias en la clasificación que desde cada una de estas disciplinas se hace de los prefijos del español».
—-
Y después de leer esto me veo deambulando por el mundo de la gramática totalmente huérfano y desamparado. Sí, porque con ese planteamiento me están diciendo que en las consultas que haga al DLE –al menos respecto a la prefijación y la composición– no puedo dar por seguro lo que éste me revele en un buen número de casos. Es decir que la enseñanza que me proporciona esa «obra lexicográfica académica por excelencia» no debo asimilarla, transmitirla ni sostenerla, ya que se opone a lo que la misma Academia da por bueno en otras obras. Es, pues, lo mismo que tú has dicho, Blasita, con otras palabras.
Me parece una buena idea que hagas esa consulta a la Academia, aunque veo venir respuestas de esta índole: Por ejemplo, con relación a los elementos que has citado (super-, semi-, etc.), argüirán lo que indica el tochito que he citado antes, es decir que la NGLE cataloga tales elementos según criterios de gramática sincrónica, mientras que el diccionario lo hace atendiendo preferentemente a aspectos etimológicos.
Sí, lo cierto es que esa explicación la entendería, ya que al utilizar prismas distintos, los resultados pueden ser distintos; pero lo que no me cabe en la cabeza es el hecho, insisto, de que yo pueda recibir una información gramatical determinada o justamente la contraria, dependiendo de cuál sea la obra de la Academia que caiga en mis manos.
En cualquier caso, y termino, el que sean churras o sean merinas según el enfoque que se le dé, no afecta a lo que he indicado en comentarios anteriores en cuanto al extraño tratamiento que a mi juicio le da el DLE (con prisma único) a los grupos de elementos citados (intra/extra/supra; exo/extra y ante/contra).
Buenas tardes. Un abrazo.
No me he podido resistir a responderte hoy, Robin. Muchas gracias a ti por habernos propuesto un tema tan interesante.
Una, que otra cosa no tendrá, pero que es fiel cumplidora de su palabra, ha realizado hoy una muy pensada y completa consulta a la RAE sobre este tema. Gracias a la RAE por su pronta respuesta. Prefiero esperar a mañana a ver si consideran que mi pregunta, al igual que otras que yo les he realizado en el pasado y otras de igual índole que he visto contestar, queda dentro del ámbito de su competencia o me pueden dirigir a otro servicio o departamento del que lo sea.
Un abrazo.
P. D. Editaré este comentario con más información en cuanto pueda.
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Edición: 11/01/2017 a las 16:50. Ya estoy aquí, un día y medio después. El departamento de español al día de la RAE ha respondido a mi réplica y en ella me han ofrecido una respuesta completa y detallada de sus atribuciones, entre las que no está la consulta que les planteo en este caso. Voy a citar esta parte de su correo por si le es útil a alguien más:
Gracias por su respuesta. Lo que no hacen es dirigirme a ningún otro departamento que pueda aclarar qué criterio sigue el Diccionario para distinguir entre elemento compositivo y prefijo (o sufijo), supongo que es porque esto no es posible. Y yo me pregunto quién podría esclarecer este tema en particular.